El fútbol le debe un Mundial a Messi

Leo Messi disputará su quinto mundial en Qatar con la albiceleste

Leo Messi disputará su quinto mundial en Qatar con la albiceleste / ANDRES KUDACKI

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Messi es el mejor jugador de la historia. Ya nadie cuestiona esta verdad absoluta. Ni siquiera en su país, Argentina, donde durante muchos años la mítica figura de Maradona eclipsó la interminable magia de Leo. Ahora existe unanimidad incluso entre aquellos que fueron muy críticos con el rendimiento de Messi en la selección. Porque en 2021 les hizo ganar otra vez una Copa América y porque es su gran esperanza para volver a conquistar un Mundial, 36 años después de ‘la mano de Dios’.

El fútbol le debe un Mundial a Messi. Y sería de justicia poética que lograra ese único título que le falta en su extraordinario palmarés en su última participación en la competición más apasionante del planeta. Porque este será el quinto y último Mundial del crack argentino. Seguirá en activo en la élite jugando un par de temporadas más en el PSG (con el que renovará en los próximos meses, dejando en un sueño imposible la intención de Laporta de recuperarlo para el Barça), pero no llegará a la siguiente Copa del Mundo, que se celebrará en 2026 en Canadá, Estados Unidos y México.

La historia de Messi y el Mundial ha sido, hasta ahora, una historia de desamor. Fracasos y decepciones a partes iguales. Con muchas más lágrimas que sonrisas. Leo todavía recuerda con enorme tristeza la final del 2014, cuando Argentina perdió en aquella fatídica prórroga ante Alemania gracias al solitario gol de Götze y después de haber desperdiciado tanto Higuaín como el propio Messi dos claras oportunidades para ponerse por delante en el marcador. El dolor de aquella derrota se hizo tan insoportable que Messi estuvo a punto de abandonar la selección para siempre. 

Hoy, un Messi renacido tras su traumática salida del Barça, vuelve a ser el líder indiscutible de una selección que es la gran favorita para ganar el Mundial de Qatar’2022. Con el permiso de la Brasil de Neymar, con la que, hipotéticamente, se enfrentaría en semifinales. O la Francia de Mbappé. Curiosamente, sus principales rivales por el título son sus dos compañeros de tridente en el PSG. Con la España de su ex extrenador Luis Enrique como ‘outsider’. Messi llega a la cita mundialista en un momento de forma excepcional y con unos registros dignos de su mejor época blaugrana. Solo necesita que el factor suerte, indispensable en una competición de estas características, le acompañe. Se merece ese Mundial que le falta.