El futbol femenino tiene un problema

La final de la Copa de la Reina es una fiesta del fútbol femenino como lo es el trofeo de la Copa del Rey para el masculino. Un duelo entre dos equipos que han ido superando eliminatorias hasta llegar a disputar la única final doméstica que se disputa en territorio español. Una fiesta de final de temporada, un escaparte.

El Barcelona se impuso en la final de la Copa de la Reina que se jugó en Zaragoza contra la Real Sociedad, octavo clasificado en la Liga. El Barça dominó a placer: 1-0 fue en el minuto 5, 2-0 fue en el minuto 13, 3-0 en el minuto 19, 4-0 en el minuto 25, 5-0 en el minuto 33. Una manita en solo media hora. Una paliza impresionante como si se tratara de un partido de amateurs contra profesionales o de infantiles contra juveniles

Tanta diferencia entre el Barcelona y el resto de equipos acaba siendo un problema para la competición en sí y, a la larga, para el propio Barcelona porque va a perder competitividad que se puede ver reflejada en muchos aspectos. 

Lo que se pierde

Y eso se podrá constatar en atractivo para la afición, en la disminución de las audiencias, en la falta de competitividad para los partidos europeos, en la motivación de las jugadoras rivales y en la de las propias jugadoras del Barcelona que podrían decidir abandonar la entidad para ir a una competición más interesante o mejor pagadas, como Giraldez en la MLS. 

Son tan superioras las jugadoras del Barcelona que muchos partidos en un entrenamiento y es una pena que no tenga rival en España. El auge del fútbol femenino se puede ver frenado por esta diferencia y bien haría la federación en presionar a los equipos rivales para que puedan reforzarse para hacer la competición más interesante. El peligro que le pase como el balonmano es latente.

El Barcelona tiene un proyecto muy sólido, iniciado desde la etapa de Josep Maria Bartomeu, mientras que los otros clubs todavía están en una etapa formativa sin una apuesta deportiva y económica como lo ha hecho el Barça.