Mucho cambio y poca estabilidad

Koeman no estaba nada satisfecho con el resultado ante el Eibar

Koeman no estaba nada contento con el resultado ante el Eibar / EFE

Pichi Alonso

Pichi Alonso

El Eibar se llevó con todo merecimiento un punto del Camp Nou. Y lo hizo a su manera, fiel a su estilo, que se le atragantó por completo a un Barça que en temporadas precedentes aprovechaba este tipo de rivales con este sistema para derrotar e incluso golear con cierta frecuencia.

La presión alta de los armeros, con una defensa muy adelantada y una salida siempre vertical buscando el marco contrario hizo daño a los azulgrana. Vaya por delante un claro ejemplo de la respuesta del Barça: los de Koeman solo fueron capaces de llegar con cierto peligro al área del Eibar cuando recurrieron a transiciones rápidas.  El equipo careció de un centro del campo consistente y el fútbol de elaboración brilló por su total ausencia. Una muestra más que evidente de la impotencia a la hora de manejar el control y los tiempos del encuentro.

Se repite la historia Koeman volvió a apostar por una línea defensiva de cuatro. A priori, un argumento de peso para ganar en control. Sin embargo, una vez más, otro error de bulto individual condenó al equipo en un gol que se pagó muy caro.

La gran noticia de la noche fue el regreso de Dembélé. El francés, además del gol, evidenció que tiene recursos y argumentos más que suficientes para cambiar las dinámicas de los partidos siempre y cuando el físico y la concentración le acompañen sobre el terreno de juego.

Y hablando de cambios. Esta temporada nos hemos acostumbrado a reiterados cambios, ya sea en los dibujos tácticos, las alineaciones e incluso ambos durante el desarrollo de un partido. Koeman busca la fórmula mágica de la regularidad, pero es incuestionable que tantas pruebas no aportan precisamente una estabilidad.