El ‘factor Neymar’ en la renovación de Messi

¿Neymar, cerca de renovar?

¿Neymar, cerca de renovar?

Ernest Folch

Ernest Folch

De todos los errores que cometió Bartomeu, dos de los más graves tienen que ver sin duda con Neymar: el primero fue no ver venir su fuga aquel fatídico julio de 2017, y el segundo fue no recuperarlo, cuando lo tenía todo de cara, aquel otro fatídico julio de 2019. Los dos errores tuvieron múltiples consecuencias deportivas, económicas e institucionales, todas negativas, y puede decirse, visto en perspectiva, que fueron de hecho el principio del fin de aquella junta. Hace escasos días Pep Guardiola admitió que si Neymar no se hubiese marchado en 2017, probablemente el Barça tendría ahora dos o tres Champions más.

Solamente hace falta recordar lo que dijo Leo Messi en la trascendente entrevista que dio a Sport el mismo septiembre de 2019: “me hubiera gustado que hubiera venido por lo que implicaría, no solo a nivel deportivo, sino también por lo que hubiera significado a nivel de sponsor, de imagen, de crecimiento.” Es decir: de haberse quedado (o de haber vuelto) el brasileño, el Barça habría tenido muchas más opciones de ganar títulos y, sobre todo, Messi se hubiera sentido mucho más arropado. Se pueden hacer todas las consideraciones morales que se quieran sobre la conveniencia o no de su retorno (que Messi también respetaba, aunque no compartía, en su entrevista), pero lo que ya nadie puede poner en duda es que la ausencia de Neymar impactó muy negativamente sobre el club y especialmente sobre su principal estrella. Lo que está claro es que tanto el vestuario del Barça (el pasado y el actual) como Neymar ya hace mucho tiempo que han llegado a la conclusión de que estarían mucho mejor juntos que separados.

Por eso, llegados a este punto, no es fruto del azar que, con la llegada de Laporta y la renovación de la junta, justo cuando el objetivo primordial es que Messi se quede, Neymar haya congelado de golpe su renovación del PSG y espere, él también, un movimiento del Barça. Ya sabemos que Neymar y su entorno han elevado a categoría artística su extrema habilidad para moverse ambiguamente, casi diabólicamente, entre el Barça y el PSG: sus eternos movimientos pendulares le han permitido hasta la fecha estar en Paris pero parecer que estaba punto de volver a Barcelona, siempre dejando hábilmente la puerta entreabierta. Todo este juego de insinuaciones, que alcanzó su cénit en el verano de 2019, reaparece con toda su fuerza en el momento cumbre, cuando faltan dos meses exactos para que expire el contrato de Messi. Ahora mismo, Neymar puede ser la llave para que Messi se quede en el Barça, aunque también, atención, acecha el peligro de que los dos terminen jugando juntos en el PSG. La ventaja es que, esta vez sí, el nuevo presidente del Barça es muy consciente de la importancia del ‘factor Neymar’. No se vayan todavía, porque el culebrón que empezó en 2017, y que algún despistado ya daba por terminado, puede darnos una última y gran temporada.

MÉS QUE UN CLUB, Salida elegante de Oscar Grau

Era un secreto a voces que, con la llegada del nuevo CEO Ferran Reverter, Oscar Grau tendría que abandonar el club. Sin embargo, su salida ha sido extremadamente elegante y deportiva, hasta tal punto que Laporta en persona le ha agradecido su trabajo durante estos primeros meses con la nueva junta. Otro gesto que confirma que la nueva junta no tiene ningunas ganas de vengarse de nadie sino de olvidarse del pasado y mirar hacia adelante. Bravo.

MENYS QUE UN CLUB, Sin secretario técnico

Es sorprendente que se haya empezado a planificar la temporada que viene sin que tengamos claro todavía quien va a ocupar el crítico puesto de secretario técnico. Las negociaciones con Jordi Cruyff, el principal candidato al puesto, avanzan muy lentamente, algo que está repercutiendo sobre la estructura que debe tomar decisiones deportivas altamente comprometidas. El semáforo ya está en ámbar, el club debe darse prisa si no quiere quedarse fuera de juego.