Don Fernando, diga 33

Fernando Alonso  arranca su vigésima temporada en F1 con 41 años

Fernando Alonso arranca su vigésima temporada en F1 con 41 años / @F1

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

No, no es que la salud de Fernando Alonso esté en compromiso, afortunadamente. El asturiano está en un estado de forma extraordinario, como siempre, y a sus 41 años se encuentra en un momento físico (y mental) que es la envidia incluso de los más jóvenes de la parrilla.

33, esa y no otra. 33 y no 3. Esa es la cifra que el flamante piloto de Aston Martin tiene en su cabeza. Está convencido, y todo su entorno se ha conjurado para hacerlo posible, que este año puede llegar la trigésimo tercera victoria de su palmarés, veinte años después de la primera (Budapest 2003, Renault) y diez tras la última (Montmeló 2013, Ferrari). Demasiado tiempo.

Pensar que el de Oviedo puede sumar este éxito a su brillante palmarés no es una utopía. Pero conseguirlo no será fácil. Ganar nunca lo es. Pero no imposible.

Como dijo aquel mítico filosofo oriental: al soci no se li pot engañar. Hay que ser realistas, y creer (“vender la moto”) que Alonso puede ganar este mundial es más que un brindis al sol, una estafa. Comprendo los intereses por ilusionar a los aficionados. Claro. Pero de ahí a generarles falsas expectativas hay un trecho demasiado amplio para no faltar a la honradez. Por que los “fans” se entusiasman con la misma velocidad a la que corren los monoplazas de colorines (ya no digamos los hooligans), pero pueden frustrarse con la misma contundencia con que los frenos de esos coches son capaces de pararles al final de una recta.

Llámenme descreído, pero yo no creo en los “milagros” en el motorsport. ¿Qué Aston Martín ha mejorado, y mucho, respecto al pasado? Por supuesto. Pero de ahí a vendernos la burra que puede plantar cara a Red Bull media un abismo. Ojalá, como afirman algunos, que los de Silverstone estén en condiciones de poner en un brete a Mercedes. ¿Dónde hay que firmar? Pero pensar que en apenas unos meses, por muchas inversiones y fichajes de técnicos de campanillas que se hayan hecho, los de verde le han dado la vuelta a su coche como si fuera un calcetín hay todo un mundo. Y, sobre todo: hay un reglamento técnico que acota esos “milagros”, y que no es tan distinto al del año anterior, a la espera de los grandes cambios -esos sí- que puedan llegar a partir de 2026.

Para milagros los del Dr. Xavi Mir, cuyas manos y bisturí han vuelto a hacer magia para que Lance Stroll pueda correr en Bahréin este fin de semana. Algo positivo para Alonso, ya que lo que pueda aportar el canadiense al equipo para la evolución del coche parece más suculento de lo que hubiera sido capaz de transmitir un lógicamente atribulado Felipe Drugovich.

Que nadie dude que Alonso lo pondrá todo por su parte. Como siempre. Pero los demás no son tontos, y también compiten. Pero que el bicampeón mundial está más cerca de los pódiums y tal vez, quizás, acaso, puede que de una nueva victoria es una realidad mucho más tangible (aunque, insisto, nada fácil) que la locura de pensar en su tercer título mundial.

Don Fernando, diga 33, que ya tenemos ganas. Casi tantas como usted.

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