Disculpa Ernesto, sí que es una final

Ernesto Valverde, en la rueda de prensa previa al partido ante el Atlético

Ernesto Valverde, en la rueda de prensa previa al partido ante el Atlético / Javi Ferrándiz

Ernest Folch

Ernest Folch

Dice Ernesto Valverde que el partido de hoy no es una final, pero los hechos le desmienten. Eso sí, hace bien en decirlo, básicamente porque lo es sobretodo para el Atlético, el único de los dos equipos que no puede permitirse perder. Y hace bien también porque ahora más que nunca el equipo necesita jugar liberado y sin presión. Pero no nos engañemos: es el partido más trascendente de lo que queda de campeonato y va a marcar el resto de curso inevitablemente.

Lo fascinante del choque es que presenta a un Atlético en plenitud de forma, que pasa por encima de sus rivales con una gran superioridad, y a un Barça con algunas dudas existenciales, pero con una hoja de servicios impecable, porque hay que recordar que llega invicto a esta jornada 27, un record histórico. Es además un duelo de superestrellas: en el equipo blaugrana, siempre Messi, y ahora más que nunca, en un momento en el que el juego da síntomas de flaquear.

En el Atlético, siempre Griezmann, un jugador que ha alcanzado su momento de plenitud y que llega envuelto de una áurea especial, después de marcar cuatro goles extraordinarios y con una motivación extra, puesto que el Camp Nou es el escaparate ideal para enseñar su talento y quien sabe si su nueva casa a partir de la próxima temporada. Para rematarlo el partido es el choque entre dos estilos antagónicos e irreconciliables, el ataque contra el contraataque, la posesión contra la posición, la elaboración contra el juego directo.

Simeone, a pesar de que nunca ha ganado en el Camp Nou, ha logrado en varias ocasiones fabricar uno de los mejores antidotos contra el juego blaugrana, que sufre cuando debe combatir el ideario ‘cholista’. Pocas Ligas ofrecen un partido tan solemne como el de hoy, en el que los dos mejores equipos del torneo se juegan más que medio título a un solo partido. Disculpa Ernesto, pero hoy sí se juega una final. Y vaya final.