Opinión

Cuando el dinero es el motor del éxito, la deuda se desmadra

Joan Laporta, en su despacho

Joan Laporta, en su despacho / Sport.es

El Barça tiene una actividad bipolar que se distingue por dos tratamientos informativos distintos. Durante la semana es mas noticia por sus problemas económicos que por su actividad deportiva. Se habla mas de límites salariales, fair play financiero y palancas que de jugadores. Solo cuando llega el día de partido cobran protagonismo los resultados y el juego. Es la consecuencia directa de un club que vive el día a día ahogado en su crítica tesorería y que necesita las victorias como inyección de confianza en el futuro.

Durante muchos años, diríamos décadas, el Barça solo fue noticia por su perfil deportivo. Todo lo demás parecía secundario. Los títulos y los cracks copaban los titulares, eclipsaban lo que no sucedía en el campo. La economía solo cobraba interés el día de la Asamblea anual cuando se hacía análisis de la temporada. El balance de beneficios y pérdidas nunca preocupó a los socios ya que no ponía en peligro la tesorería. Pero esto ha cambiado, el negocio del futbol se ha desmadrado, los presupuestos se han multiplicado y los traspasos han alcanzado cifras de juzgado de guardia. Cuando el dinero es el motor del éxito y se gasta de forma descontrolada, todo se desmadra.

La llegada de presidentes multimillonarios, la compra de equipos por parte de fondos de inversión y la aparición de Estado árabes comprando clubs enteros a golpe de petrodólares desequilibraron el mundo del fútbol. Ha dejado de ser un deporte para convertirse en un business de la mano la televisión. El Barça es hoy un “rara avis” en esta jungla financiera. Cuesta mucho sobrevivir cuando tu capital son los socios y sus recursos escasos. Bartomeu cometió el error de querer seguir esta rueda sin músculo financiero y se está pagando muy caro. Las deudas hipotecan, los ingresos van a la baja por la marcha a Montjuich y los intereses amenazan.

El futbol es como una bicicleta que se mueve con dos ruedas; la economía y los resultados deportivos. Si la tesorería no funciona, los recursos económicos son escasos y los resultados no llegan. Y sin victorias y títulos no hay forma de generar ingresos importantes para poder aspirar al máximo. Es la cuadratura del círculo que intenta Laporta. Sabe que necesita éxitos deportivos para salir adelante, pero es consciente de que la situación financiera que arrastra es terrible ya que solo se puede superar con parches llamadas palancas. Así estamos. Se ha rebajado la masa salarial en 161,7 millones en un año y no es suficiente. Habrá que convivir con este problema y confiar que el equipo de Xavi saque las castañas del fuego.