Después de lo de Messi y lo de Matthäus

De la magia de Messi dependen las posibilidades del Barça ante el Bayern

De la magia de Messi dependen las posibilidades del Barça ante el Bayern / Afp

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Lo de Messi lo hemos visto muchas veces, a una exhibición en toda regla, a goles y jugadas imposibles, me refiero; pero lo del sábado ante el Nápoles fue distinto, fue superior por el plus de intensidad que puso a todas sus acciones. Es muy importante la actitud que demostró. De nuevo fue el centro de todo lo que sucedió en el campo, el D10S salvador del Barça, que a falta de táctica, conjunción y buen juego, se aferra a la genialidad del mejor futbolista del mundo. Messidependencia, como le llaman los enemigos, como si con ello dieran de menos las victorias del Barça.

Messidependencia, claro que sí, dependencia del mejor de la historia... ¡Y a mucha honra! A lo que iba: el compromiso y la actitud de Messi. Que el partido se ganó única y exclusivamente por Leo es una obviedad como una catedral. Su gol y el penalti que provocó decidieron el marcador, pero analicemos cómo fueron las jugadas: el gol, un invento partiendo de la nada, deshaciéndose de tres contrarios, cayendo en el área, volviéndose a levantar, resistiéndose a que un ejército de defensas le quitara el balón, resbalando y chutando a la vez. Un gol de persistencia pura y dura, de guerrero, de goleador de raza. El penalti: presión a un defensa que en modo alguno podía adivinar que el mejor del mundo se iba a transformar en un currante y le perseguiría hasta el fin del mundo.

HIPERMOTIVADO

Eso y la celebración del gol: salto inmenso, puño fuera, ojos desorbitados... la celebración de quien ve más cerca el reto, en principio imposible, que se ha impuesto. Sí, ya sé que el Barça no está fino, que la segunda parte fue de pena, que las fuerzas están justitas, que el entrenador no ayuda, pero viendo el gol de Messi, su celebración y el penalti que forzó me quedo más tranquilo. Messi fue el que avisó que con el juego del equipo no alcanzaba para ganar la Champions y Messi es el que se ha propuesto cambiar el destino fatal. Lo que le falta al equipo lo va a poner él dejándose la piel en el campo. Su hipermotivación es el banderín de enganche. ¡Ah! y otra cosa: gracias, <strong>Matthäus</strong>, por tu altanería, prepotencia y chulería. Más motivación para Leo y el Barça, más presión para el Bayern. Después de lo Messi y Matthäus, aún soy más optimista.