Decidir es de valientes

Laporta

Laporta

Gerard López

Gerard López

El Barça parece vivir en una discusión eterna. Como si le gustase la polémica. En estos momentos, se pone en tela de juicio algunas de las decisiones que está tomando Joan Laporta. Es algo que no acabo de entender. El presidente, que recibió más de un 50% de los votos en las elecciones, ha heredado un club en una situación comprometida y no ha dudado ni un momento en poner hilo a la aguja. Ha despedido a muchos trabajadores, muchos de los cuales ocupaban puestos clave en un organigrama de club, y ha colocado a gente de su confianza, con un salario mucho más bajo, para empezar a trabajar en la reconstrucción. Es lo que se le pedía y por lo que ganó las elecciones y resulta que hay decisiones que no son del agrado de todos. Solo hay que poner un ejemplo para darnos cuenta de cómo es la gente: hay quien se atreve a desear la marcha de Leo Messi. Desde el momento que llegas a discutir al mejor jugador de la historia... ¡cómo no se va a dudar de la salida de éste o aquél!

UNA ÉPOCA DE CAMBIO

Laporta fue escogido para cambiar un club instalado en la autocomplacencia, ese que perdía y no pasaba nada. La frase más significativa es esa que dice “se ha acabado el perder y que no pase nada”. Joan quiere acabar con ello y actúa en consecuencia. Y lo aborda en todos los estamentos del club. Es una junta dispuesta a tomar decisiones para cambiar lo que hoy es un club desolado. Especialmente a nivel económico. Es un verano de supervivencia y que Laporta, como es normal, ha decidirlo hacerlo con su gente. Tiene plena potestad de hacerlo. En estos momentos, hay que remar a favor. No se puede discutir antes de saber si su decisión va a funcionar o no.

Debo admitir que me saben mal los cambios en el balonmano porque han logrado la excelencia deportiva, ganando todos los partidos de la temporada. Sin embargo, también entiendo que Laporta tiene su gente, a la que se escucha y que quiere tener el control de la situación. Es lícito. También ha habido escabechina es en el fútbol base. Analicemos el motivo: esta temporada han subido jugadores al primer equipo y varios de ellos se están asentando. Esto va a generaciones y ahora, como ocurrió también en un pasado, ha habido una de buena.

A nivel de resultados, sin embargo, no se han cumplido los objetivos. Hay que admitirlo, aunque haya quien no lo quiera reconocer. El Barça lleva tres temporadas con el presupuesto más alto de la categoría sin lograr el objetivo del ascenso a Segunda A. Al filial hay que exigirle que saque jugadores pero también resultados. A mí me los pedían. Como a Luis Enrique o a Guardiola. Porque el club sale beneficiado si está en Segunda A: jugadores en una categoría más agradecida y mayores ingresos. Y no tiene por qué cambiar. Este es el principal motivo del cese del entrenador del filial, aunque también se habla de un contrato fuera de mercado, cosa que desconozco.

Además, sería de agradecer recibir explicaciones a estas decisiones por parte del club, porque se evitarían opiniones como la de un exdirectivo de la anterior etapa de Bartomeu del área deportiva, quien criticó el despido del entrenador del filial argumentando que los resultados no pueden ser motivo de este cese. Dice esto ahora cuando estando en el poder hizo lo contrario. Y sé muy bien por qué lo digo. Así pues, intentemos todos remar a favor para apoyar a la nueva junta desde el minuto 1 y ya será el tiempo el que acabe dando o quitando razones en base a los resultados. Como siempre ha sido...