Competir es el primer paso para ser campeón

La celebración del Barça a uno de los goles del partido

La celebración del Barça a uno de los goles del partido / Valenti Enrich

Bojan Krkic

Bojan Krkic

No es habitual escuchar a un técnico del Barça dudar de las posibilidades de ganar títulos de su plantilla. La exigencia en el Camp Nou es máxima y lo normal es pelear por todo hasta el final. La realidad, sin embargo, es otra. El momento por el que atraviesa el club a nivel institucional y económico afecta directamente al primer equipo y, aunque duela, la única manera de construir un proyecto ganador es saber exactamente dónde estás. Por eso me gustaron tanto las declaraciones de Koeman. No se trata de ir de víctimas, en este caso, o de sobrados señalando al escudo, sino de posicionarse en la realidad. No tener equipo para ganar títulos no significa no poder hacerlo y Ronald, con su reflexión, sentó las bases para ello con valentía y exponiéndose a ser criticado. “Estamos aquí, todos, y no estamos en otro sitio”, vino a decir.

Exigir ganar a un equipo que aún no está preparado para hacerlo es la manera más rápida y cruel de fracasar. Me viene a la mente la Roma, un club que cada temporada se siente capaz de pelear por el Scudetto, una postura que su afición asume como propia y, cuando no lo logra, la relación entre jugadores y seguidores se vuelve muy tensa. Me parece más inteligente la actitud del Atlético: asumir que estás entre los cuatro mejores equipos de LaLiga te acerca a ella y evita grandes dosis de frustración y temporadas decepcionantes.

Las palabras de Koeman, además, tienen efectos positivos para sus jugadores porque les libera de una presión innecesaria y, al mismo tiempo, son abono para la motivación. Para quienes ya lo han ganado todo y quieren volver a sentirse campeones y para quienes quieren vivirlo por primera vez. El talento está ahí, de eso no hay duda, pero la calidad por sí sola no es sinónimo de éxito, necesita de muchos otros factores. Entender la derrota, como decíamos tras perder la Supercopa, ayuda a crecer. De la misma manera que ganar como lo hizo el Barça en la Copa puede suponer un punto de inflexión. Los futbolistas ya saben que son capaces de perder 2-0 ante el Granada, pero también deben ser conscientes que hay equipo para remontar ese resultado.

Ganar así es una inyección de moral y de optimismo, alimentos básicos en un vestuario que, hoy, está más unido que ayer porque, en un momento de gran adversidad, se rehizo a lo grande, confirmando el crecimiento que ya se intuía en un momento clave de la temporada. El Barça quizás no está para ganarlo todo, pero sí demostró estar listo para competir contra cualquiera, también contra el PSG.  

Disfrutemos de Leo sin pensar en el futuro

Entiendo que a muchos aficionados del Barça no les guste escuchar todo lo que llega desde el PSG referente al futuro de Leo Messi. Podemos intuir que los parisinos están muy interesados en él, pero no sirve de nada ponerse nerviosos en pleno mes de febrero. Prever qué puede pasar de aquí a unos meses es un ejercicio muchas veces estéril incluso en nuestras vidas cotidianas, pero mucho más en el mundo del fútbol, donde todo cambia a gran velocidad. Mientras siga en el Camp Nou, toca seguir disfrutando de cada uno de sus partidos.

Leo está compitiendo a su nivel habitual y demuestra a diario que quiere seguir ganando. No nos dejemos influenciar por lo externo, hagámonos fuertes y vivamos el presente. Además, la esperanza de que el futuro nuevo presidente le plantee un proyecto ganador en el que se sienta cómodo es una posibilidad real. Inquietarse por lo que llega desde fuera no es una opción y, en cambio, sí está en nuestras manos volver a ilusionarnos con ver a Messi campeón.