Opinión

Caretas fuera

Jorge Vilda puede ser cesado en breve

Jorge Vilda puede ser cesado en breve / Jose Breton / Afp7 / Europa Press

Jorge Vilda dejó ver al mundo el entrenador que es en su primera prueba de fuego al frente de Marruecos, su nueva selección tras ser destituido como seleccionador de España, sin hacer mucho ruido porque los focos, en ese momento, estaban puestos en Rubiales. El “gran entrenador campeón del mundo”, como le llaman todos sus defensores -la mayoría de ellos, sin haber visto un solo partido de la Roja en los últimos años, pero ir contra ellas siempre es mejor-, se queda sin los Juegos Olímpicos.

Era su principal cometido cuando la Federación Marroquí le confió el banquillo de una selección femenina que ya hizo historia en verano -entonces dirigida por Reynald Pedros- al disputar, por primera vez, la fase final del Mundial, a pesar de haber caído en octavos contra Francia por 4-0.

Los primeros resultados con Marruecos lo acompañaron, pero el madrileño no pudo contra Zambia a la hora de la verdad, ni habiendo ganado el primer asalto para afrontar la vuelta con ventaja. Perdió por 0-2 -eso sí, con un gol de penalti en la prórroga- y se quedó sin billete olímpico. Caretas fuera. Este es el Jorge Vilda de verdad.

En la entrevista de Ana Pastor a Luis Rubiales hace unos días, el expresidente de la RFEF dijo -cito textualmente- que las tres capitanas “querían que me cargara a Jorge Vilda, que no llegaba el mensaje, que estaban cansadas de él. [...] Vilda es el que las llevó a ser campeonas”. Y recuerdo, también, que en el palco del estadio de Sydney Rubiales se agarró sus partes -al lado de la Reina Letizia- para dedicarle el título al entonces seleccionador. “Por nuestros huevos”, era su mensaje después de todo.

Lo que no sabía Rubiales -porque no estuvo en Inglaterra- es que en la Eurocopa, un año antes, las jugadoras ejercieron también de ‘entrenadoras’. Estudiaban y analizaban al rival sin indicaciones de Vilda, hacían ellas mismas la arenga antes de los partidos. Y en el Mundial, dijo haberse "sorprendido" por el planteamiento tan defensivo de Japó, cuando el día antes, el técnico nipón dijo que jugaría con bloque bajo. Además, Alexia fue la referencia, líder del equipo -sin brazalete, porque Vilda se lo quitó, a ella, a Irene Paredes y a Jenni Hermoso- que logró unir un vestuario que había sufrido una crisis sin precedentes y que había estado completamente roto durante todo un año.

Prueba de ello es que, tras ganar la final contra Inglaterra, todas las jugadoras corrieron a celebrarlo con Alexia. Se tiraron encima suyo y formaron una piña que hacía meses que no se veía en la selección. Y esto no fue por Jorge Vilda. Lo mejor que hizo en Nueva Zelanda y Australia, eso sí hay que decirlo, también, fue apostar por Cata Coll, por Salma, por Jenni, por Mariona...

Un entrenador que no es líder de su equipo, que no hace llegar su mensaje, no es un buen entrenador. Más allá de la pizarra, que esta vez nos ha dado la razón. Caretas fuera.