El blindaje de Lamine y Dembélé

Todos los detalles de la operación Dembélé

Todos los detalles de la operación Dembélé / sport

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

En españa existen las cláusulas de rescisión para blindar a los futbolistas, una norma recogida en el artículo 16.1 del Real Decreto 1006/1985. En ella el deportista profesional queda vinculado al club durante el tiempo del contrato con un precio de salida que en principio, da una garantía al club que el futbolista seguirá vinculado durante ese tiempo y si quiere irse, se tasa el precio por el que puede marcharse del club.

En un principio debe proteger a las dos partes y en el momento de la firma una cláusula muy alta es una concesión del futbolista al club, casi como una declaración de amor, pero al final tiene que guardar una relación con el sueldo y con el plan que se le ha asignado al jugador.

El Barça hace tiempo que está fijando cláusulas de 1.000 millones sobre todo en los futbolistas más jóvenes y bien hace de blindarse porque con la llegada de ligas como la saudí bien se haría de evitar casos como el de Neymar, que el PSG pudo pagar el precio de salida por estratosférico que parecía. Siempre se dice que por mucha cláusula, si un futbolista quiere irse, acabará saliendo y si un jugador no quiere irse difícil será hacer que se vaya, pero lo que no puede pasar más con las cláusulas es que el club se ponga trampas en el camino como en el caso de Ousmane Dembélé.

Sería bueno saber si en los 1.000 millones de Lamine Yamal hay algún condicionante, una cláusula por la que el día de su cumpleaños le baja durante 10 días el precio o si la oferta llega de un club del hemisferio sur la cláusula es otra.

La sorpresa de que Dembélé se pudiera marchar por 50 millones de euros y que además la mitad del importe fuera para el jugador no se puede volver a repetir. Nunca se sabe si el futbolista cambiará de representante y pervertirá una cláusula que se fijó con un origen concreto o si el jugador tratará de dar la vuelta a una cláusula para poderse ir a otro club.

Mientras, celebremos los 1.000 millone de Lamine y todas las renovaciones que vengan del crack de Rocafonda. Señal que el jugador ha conseguido seguir brillando durante años en el club y se merece cada euro que consiga que le paguen.