Bien por Piqué

Busquets, Valverde, Messi, Coutinho, Piqué y Luis Suárez durante el Leganés-Barça de la Liga 2018/19

Busquets, Valverde, Messi, Coutinho, Piqué y Luis Suárez durante el Leganés-Barça de la Liga 2018/19 / Valentí Enrich

Carles Sans

Carles Sans

Casi siempre que he hablado de Gerard Piqué en estas páginas ha sido para manifestar una confesable debilidad y una moderada admiración por su controvertida manera de ser, aunque también, en menor medida, para afear algunas conductas relacionadas con motivos ajenos al terreno de juego.

Hoy vuelvo a hablar de él para aplaudir su excelente empeño en el partido disputado hace unos días contra el Girona. Pienso que es de justicia resaltar la fuerza y el liderazgo que empleó en un partido que se puso muy complicado después de la discutible expulsión de Lenglet. Ese mismo empeño se tradujo en un gol de cabeza muy valioso para que al menos no se nos escapasen los tres puntos.

Los jugadores con amor propio y orgullo hacen del fútbol un deporte admirable y consiguen que la afición del equipo que defienden se identifique con ellos y les reconozca como insignia de un colectivo por el que se dejan la piel. Unos días más tarde llegó el partido de Leganés. A pesar de que el equipo de Valverde se mostró impotente a la hora de perforar la portería del colista, y de que Piqué despejó mal y con poca fortuna en el segundo gol pepinero entregando el esférico a Óscar Rodriguez para que marcara, sigo diciendo, se pongan como se pongan algunos, que Piqué no está en absoluto en baja forma.

Si bien es verdad que la defensa parece más vulnerable este año que el anterior, es demasiado simple culpar a Piqué por la derrota del miércoles: la culpa no es de Piqué, la culpa es colectiva por no rematar la presa cuando la tienes rendida a tus pies, que es como estaba el Leganés en el primer tiempo. Si después en dos minutos te marcan dos goles, es muy difícil superar un autobús en el área contraria. Un revés inesperado.

El Barça, no Piqué, está dando síntomas de debilidad, no solo ofensiva, sino general. Le están marcando demasiados goles y se le ve con pocas respuestas cuando las cosas se le tuercen, que últimamente, suele ser muy a menudo. Pero ojo, no nos equivoquemos al apuntar a nadie. El problema es de equipo, no de Geri.