El Barça no vuelve a jugar con fuego

Joventut-Barça

Joventut-Barça

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

El Barça fue muy consciente del riesgo que corría. Una derrota en Badalona lo colocaba al borde del precipicio. Por tanto, no corrió ningún riesgo y, desde el primer minuto, marcó las coordenadas del encuentro. Volvió a ser un equipo duro y físico, en especial ante rivales como Tomic, Ribas o Feliz.

Ellos fueron el centro y objetivo de la defensa blaugrana. Si los de Saras tenían que gastar faltas para reducirlos, las hacían. Tampoco el Barça permitió canastas fáciles a la Penya. Cualquier intento del Joventut de correr, fue cercenado por algún contacto blaugrana. Los porcentajes locales, al inicio del duelo, fueron muy bajos. Y los blaugranas complementaban su defensa, con o sin cambios, con un ataque controlado, que buscaba a Davies como primera opción.

Esta iniciativa blaugrana se mantuvo a lo largo del duelo. La Penya, con el apoyo de su público, buscó variar el ritmo, pero sólo a ráfagas lo consiguió. También el rebote tuvo dueño. En general, el Barça cargó el ofensivo para impedir los contrataques de su rival y ello le dio segundas opciones muy valiosas. Hubo mayor juego colectivo por parte del Barça y, en la Penya, destacaron individualidades como las de Tomic, y Vives y Willis desde el triple.

Tensionados durante los 40 minutos

Una de las virtudes del Barça. A pesar de que los blaugranas siempre fueron por delante en el marcador, la Penya tuvo la virtud de no desfallecer. Pero cuando los de Durán se acercaban, siempre se produjo un parcial favorable a los blaugranas que volvía a desmoralizar a los locales. No tuvieron los de Jasikevicius ningún bajón de concentración.

Cometieron errores, pero no se fueron del encuentro. Además, todos los jugadores blaugranas sumaron. Desde un Kuric renovado, pasando por la defensa de Sergi Martínez, el control de Calathes o la implicación defensiva de Sanli y Smits.

Mención especial para un Hayes que creo jugó su mejor partido como blaugrana: acabó defendiendo tanto a Parra, -lo secó-, como a Ribas o a algún base. Y, por supuesto, la pareja Higgins-Mirotic. Un dúo letal. Los triples del montenegrino en minutos clave fueron decisivos. Ante este arsenal, piezas básicas de la Penya como Parra o Feliz no tuvieron el día.

Y para ganar a los blaugranas todos han de jugar al límite. En los últimos minutos del partido, y cuando más tensión se respiraba, la Penya perdió tres posesiones -dos Willis y una Tomic- y un triple, el único, de Calathes que fueron su puntilla. La serie tiene mucho recorrido aún. El Joventut seguro que no bajará los brazos, y falta ver a qué Barça veremos el viernes.