El Barça de Valverde se vuelve a suicidar

Valverde premia a sus futbolistas con tres días de fiesta

Valverde premia a sus futbolistas con tres días de fiesta / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

Ver para creer: el mejor Barça de la temporada terminó descomponiéndose en la estrambótica Supercopa de Arabia, en un partido en el que volvió a demostrar que sufre una inquietante esquizofrenia, con dos caras opuestas. Hasta el minuto 75 fue un equipo competitivo, dinámico e incluso reconocible, siempre colgado de un Messi extraordinario, que mereció ganar el partido con holgura. Solo la intervención del VARmuy discutible tanto en el supuesto brazo de Messi como en el gol de Piqué, evitó que el equipo de Valverde despegara en el marcador. Pero quedaba todavía un cuarto de hora, y fue entonces, una vez más, cuando el equipo se descompuso con estrépito, sin soluciones futbolísticas, roto físicamente, hundido moralmente, confirmando que es capaz de todo, menos de ser fiable. Sin duda, pudo sentenciar el encuentro varias veces, pero también es cierto que se quedó sin gasolina mucho antes del final, y Valverde no supo o no pudo reaccionar. Entraron Rakitic y Ansu a escasos minutos para el final, cuando los cambios ya no podían cambiar nada, y Valverde pareció quedarse igual de bloqueado que los jugadores. Lo más inquietante es que el equipo volvió a fallar en un encuentro decisivo y demostró que las grandes citas se le atragantan cada vez más, incapaz de escalar los partidos cuando se ponen cuesta arriba. El Barça está hoy embarrancado en un punto muy peligroso, a medio camino entre el pasado y el futuro, incapaz de encontrar la manera de dar protagonismo y galones a los jugadores más jóvenes: De Jong no termina de coger el timón, Ansu aparece en cuentagotas y nada se sabe de Riqui Puig, marginado en un ostracismo sospechoso. Además, se confirma el carácter diabólico de una Supercopa que era inofensiva cuando se disputaba en agosto, pero que se vuelve explosiva colocada en enero, a las puertas del momento decisivo de la temporada. De cómo administre el club esta deflagración imprevista depende en buena parte la suerte de esta temporada. El paisaje después de la derrota se asemeja demasiado al de otras ocasiones, con Valverde señalado, un clásico después de cada derrota.

El protagonismo de Arturo Vidal

En la frenética lucha por un sitio en el medio campo, Arturo Vidal recuperó la titularidad después de varias semanas saliendo como suplente. Sin duda, el chileno se había ganado a pulso salir de inicio, desplazando a Rakitic, que en el derbi de Cornellà no jugó bien, después de más de un mes y medio de actuaciones fiables. Lo cierto es que Vidal volvió a realizar un partido mayúsculo y se confirma hoy como uno de los pocos jugadores capaz de inyectar energía a un equipo que se queda sin pilas demasiado a menudo. Al mismo tiempo, su protagonismo es también un síntoma de debilidad del equipo.