El Barça tiene en su mano el fin de ciclo blanco

Sergi Roberto, Malcom y Messi celebran un gol del Barça en la temporada 2018/19

Sergi Roberto, Malcom y Messi celebran un gol del Barça en la temporada 2018/19 / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

Con el Madrid a 7 puntos del Barça, la jornada de Liga de reyes adquiere una importancia imprevista. Porque al equipo de Valverde le basta con mantener el ritmo para tensionar a la entidad blanca hasta límites insospechados. El Real Madrid deambula hoy por el campeonato con un entrenador en el que no cree (no fue ni siquiera presentado), sin una estrella de referencia, con un crack como Marcelo en el centro de la diana, un referente como Isco con un pie fuera y una crisis goleadora sin precedentes. La entidad blanca se comporta como si ya hubiera asumido que esta temporada se va a quedar en blanco y fuera puramente un año de transición, pero hay que ir con cuidado con los espejismos que genera el Real Madrid: no sería la primera vez que tiene pinta de desahuciado y termina ganando la Champions. Por eso es sumamente decisivo que el Barça no levante ahora el pie del acelerador y entienda que tiene a su rival en un punto muy cercano al fin de ciclo: debería aprovechar ahora más que nunca para sumar títulos y recortar las distancias que se han agrandado en Europa en los últimos tres años. El equipo blaugrana ya ha tenido otras oportunidades en esta Liga para rematar a su eterno rival y no ha sabido aprovecharlas. No hay que olvidar que el Real Madrid ha ganado solamente 2 de las últimas 10 Ligas, que pueden empezar a ser 11 si vuelve a tropezar. Si además el Real Madrid no fuera capaz este año de maquillar la estadística nacional con otra Champions, entonces entraría inevitablemente en una gran combustión, que ha sido capaz de ir aplazando en los últimos años gracias a sus éxitos europeos. Puede que la Liga sea menos glamurosa que la Champions, pero los contínuos éxitos del Barça en esta competición combinados con los contínuos fracasos de su rival pueden llevarnos en breve a un escenario altamente convulso. Para ello es necesario que el Barça empiece hoy con el mismo ritmo con el que terminó el año anterior.