Barça: entre los números y las sensaciones

Los jugadores del Barça celebrando el gol de Dembélé

Los jugadores del Barça celebrando el gol de Dembélé / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça va a ritmo de título en la Liga. Lleva números de campeón. Las estadísticas no engañan: el equipo blaugrana ha sumado 41 puntos de 48 posibles, con 13 victorias en 16 partidos. Los registros demuestran la regularidad del conjunto de Xavi, que solo ha ‘pinchado’ en tres encuentros: la derrota en el Bernabéu (3-1) y los empates ante el Rayo (0-0 en el debut de la competición) y el Espanyol (1-1 en el primer duelo del 2023). La eficacia del Barça se sustenta, además, en una solidez defensiva que hacía mucho tiempo que no se veía: solo ha encajado 6 goles (tres de ellos ante el Madrid), con un promedio de 0,37 tantos por partido. De hecho, Ter Stegen ha mantenido su portería a 0 en 13 ocasiones.

Todos estos datos, espectaculares en sí mismos, refrendan la condición de favorito de un Barça que tras su trabajada victoria frente al Atlético lidera la clasificación en solitario con +3 sobre el Madrid. Hay que felicitarse, sin duda, de que el equipo blaugrana muestre esta fortaleza en una competición que no gana desde la temporada 2018-19. Este proyecto que está construyendo Laporta necesita títulos para consolidarse. Y la Liga, tras la dolorosa eliminación (por segundo año consecutivo) en la fase de grupos de la Champions, se ha convertido en el gran objetivo. Porque ganar la Liga después de la triple crisis deportiva, económica e institucional que ha sufrido el club podría considerarse un gran éxito. Y sería, sin duda, el primer y decisivo paso del largo camino hacia la resurrección.

Aunque una cosa son los números (insisto, magníficos) y otra son las sensaciones. El Barça de Xavi sigue generando dudas. En el Metropolitano, por ejemplo, jugó muy bien durante los primeros 25 minutos, pero a partir del gol de Dembélé se fundió a negro y pasó de dominador a dominado. Estas desconexiones preocupan al técnico y a todos los culés porque evidencian una flaqueza que, afortunadamente, ante el Atlético se superó con entrega y pundonor.

La parte positiva de esos ‘bajones’ es que el Barça tiene mucho margen de mejora. La parte negativa, es que pueden provocar más de un disgusto si no se corrigen de forma inmediata. La próxima prueba de fuego es la Supercopa de España en Arabia Saudí. Primero, la semifinal ante el Betis (jueves). Y, si se gana, la final el domingo presumiblemente contra el Madrid (con el permiso del Valencia, claro). Conquistar un título ante los blancos disiparía muchas inquietudes y sería un impulso decisivo para este nuevo Barça.