Koeman ya tiene la pegada que pedía

Barça

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Pichi Alonso

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La esperada efectividad en la pegada del Barça que tanto había reclamado Ronald Koeman por fin apareció en Granada. Y falta que hacía viendo cómo arrancó el partido. Lesión de Araujo, tándem inédito en el eje de la zaga formado por Umtiti y Mingueza y, a las primeras de cambio, intervención providencial de Ter Stegen para abortar una ocasión local.

En esta ocasión, el Barça tiró de pegada y, con un Messi menos intervencionista que en otros partidos pero mucho más letal, encarriló una de esas salidas que tanto daño han causado en este campeonato. Dos datos reseñables a medida que avanzaron los minutos. El Barça mantuvo la buena velocidad en la circulación del balón -se confirma la mejoría de los últimos partidos- y tanto Umtiti como Mingueza se consolidaron formando una pareja estable y sin fisuras.

Trámite y rodaje

En la segunda mitad el Barça ejecutó otro de los guiones habituales que había olvidado: controlar con solvencia un partido que tenía encarado. Los de Koeman se mostraron solventes, cumplieron el trámite sin mayor complicación e incluso se permitieron un lujo poco frecuente: el técnico, entre otros, dio descanso a Messi en el minuto 64. A mi juicio una acertada manera de gestionar la política de cambios.

En esta ocasión, el caso Griezmann bien merece una puntualización. El francés rayó a gran altura, confirmando también la línea ascendente y firmando registros propios de un delantero que debe marcar las diferencias: dos goles y una asistencia. Otra oportunidad más para dar ese salto que se le reclama. Y otro que ayer cumplió con nota es Umtiti. Entró de forma accidenta, con calentamiento justo y cumplió.