Balón, te presento a Marc

Treinta y tres segundos después de saltar al campo, Marc Guiu, de diecisiete años, salvó al Barça de un empate seis días antes del partido que lo enfrentará al Real Madrid, que acechaba la debacle azulgrana para despegarse en LaLiga.  

El muchacho acababa de entrar, empujado por Xavi, igual que fueron empujados otros que anoche estaban en el campo, como Yamal y como Fermín López, y aprovechó un balón inspirado por Joao Félix para batir sin paliativos al portero de la selección española. Fue más que un gol. Fue un griterío de goles pronunciados al borde de la histeria feliz por un jugador que en esos 33 segundos ya hizo gran parte de su historia. 

La alegría de Marc Guiu fue tan grande como la ilusión que alberga este émulo de otros debutantes de las temporadas que llevan el sello de Xavi, el entrenador azulgrana que también fue un día debutante, y que ahora es el que, en medio de las lesiones, se inventa una generación que ya tiene un equipaje insólito y sorprendente. Ver cómo le aplaudía Lewandowski es una alegría que marca época de este Barça que ya depende, también, de quien empieza. 

Esta alegría que exhibió el joven canterano, que lleva diez años aprendiendo fútbol en la Masía, compensó una primera parte de desaciertos que generaron un pesimismo del equipo, envuelto otra vez en el fantasma de los empates. El gol fue limpio, como una ola nítida que saliera de las botas de todo el equipo, hasta llegar a las piernas del delantero portugués.  

Finalmente, ese grito de Flaquer en Carrusel, “Balón, te presento a Marc”, resumió los veintitrés segundos que encierran hoy la felicidad de un debutante.