Ansu Fati, el socio para todos

Los jugadores celebran uno de los goles ante el Ferencváros

Los jugadores celebran uno de los goles ante el Ferencváros / FC Barcelona

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

<strong>Buen estreno en la Champions.</strong> Goleada y buenas sensaciones para que el equipo coja confianza, que es lo más importante tras el dubitativo comienzo de temporada. Para empezar, coger confianza y moral de cara al Clásico ante el Madrid del próximo sábado. Si lo de ayer era un examen asequible, con preguntas facilitas, el Barça lo aprobó con notable. El profesor Koeman puede quedar contento de las pruebas que hizo, de Trincao, de la pareja De Jong-Pjanic, y, sobre todo, de Dembélé, que en la media hora que le dio fabricó un gol para el estreno goleador de Pedri y marcó otro en combinación con Messi. 

El sábado sabremos si Ousmane se ha ganado la titularidad o será Griezmann, que ayer se quedó en la grada, quien salga de inicio. En cualquier caso, ayer volvió a quedar claro que en el tridente atacante solo hay un sitio vacante, pues los otros dos están adjudicadísimos con Messi, por supuestísimo, pero también<strong> Ansu Fati, que volvió a brillar con luz propia. </strong>

CONECTADOS

Antes de empezar a repartir elogios, ha de quedar muy claro que la primera media hora del partido fue decepcionante, con un juego frío y lento, deslavazado e inofensivo, que permitió al Ferencvaros llegar con peligro hasta la portería de Neto. Como siempre, tuvo que ser Messi el que despertara del letargo al equipo provocando un penalti que él mismo transformó. A partir de ahí, sí, el equipo de Koeman movió el balón con fluidez y alegría, encontró espacios, y, sobre todo, conectó con Ansu Fati. 

De hecho, Ansu es el mejor socio ya no solo para Messi, sino para todos los que le busquen. De Jong, por ejemplo, le buscó en el segundo gol y le encontró para que firmara un remate de mucha calidad. Y al revés, en el tercero fue Ansu Fati el que buscó a Coutinho y le encontró con un taconazo sublime que supuso medio gol para el brasileño. Cada día estoy más convencido de que el chaval no tiene techo, por mucho que debamos entender que alternará grandes actuaciones con otras sin trascendencia. Es normal que con 17 años no esté siempre al máximo nivel, pero, por lo mismo, es magnífico que a su edad ya demuestre lo crack que es.