Anfield, una derrota que no sirvió para nada

En el banquillo de Anfield tras perder con el  Liverpool y caer eliminado en las semifinales de la Champions League 2018/2019

En el banquillo de Anfield tras perder con el  Liverpool y caer eliminado en las semifinales de la Champions League 2018/2019 / Oli SCARFF / AFP

Lluís Mascaró

La noche del 7 de mayo del 2019 fue, posiblemente, una de las más trágicas de la centenaria historia del Barça. El ridículo del equipo blaugrana en Anfield todavía resulta difícil de entender y de explicar un año después. La humillante derrota del equipo de Valverde fue el final de un proyecto que, sin embargo, siguió agonizando durante otros ocho meses.

Bartomeu, a pesar de perder también la final de Copa ante el Valencia, mantuvo al entrenador hasta el 13 de enero de 2020. Cuando la decadencia futbolística ya era irreversible, el presidente del Barça tomó la determinación de destituir al técnico y colocar a Quique Setién en su lugar tras la negativa de Xavi de hacerse cargo del equipo a media temporada.

Anfield es, sin duda, un símbolo de la nefasta gestión de esta junta directiva. El Barça ya hacía tiempo que había dejado de ser el Barça, a pesar de seguir ganando Ligas. Pero la remontada del Liverpool (que había perdido 3-0 en el Camp Nou) cerró el círculo de los despropósitos. La falta de intensidad de los jugadores, combinada con la pasividad de Valverde, acabaron hundiendo a un equipo cuyo ciclo había sucumbido ante el pésimo gobierno de Bartomeu.

Lo peor de aquella derrota no fue la derrota en si, sino que no sirvió para nada. No se aprendió de los errores. Se sacaron conclusiones equivocadas. Y en el mercado de fichajes volvieron a cometerse los mismos desaguisados de los veranos anteriores, con el fracasado intento de recuperar a Neymar y la polémica incorporación de un Griezmann que no ha aportado nada. La crisis se ha instalado en el Camp Nou de forma definitiva, trasladándose del campo al palco. Y sin remedio...