Opinión

Se alza el telón: un teatrillo en el FC Barcelona

¡Baño de masas de Joan Laporta con los aficionados azulgranas!

El presidente de FC Barcelona, Joan Laporta, se dio un baño de masas tras el acto de renovación de Lamine Yamal / David Bernabeu

El Barcelona ha convertido sus asambleas de compromisarios en un teatrillo en la que solo importa aprobar las cuentas del club, o activar palancas, sin que la opinión del compromisario tenga valor alguno. Una vez más, y no estamos en pandemia, la del próximo sábado 21 de octubre no será presencial por lo que todo apunta a una pantomima para dar una patada adelante sin que nadie tosa a la directiva y que pueda superar este examen que, con la excusa del covid, han convertido en un trámite administrativo, ya sea para aprobar sus cuentas o activar alguna palanca más en la que no se dará información alguna porque todo parece ser confidencial. 

¿Es necesario pasar por esto?, ¿Tiene el club que sufrir esta ridícula opereta sin que realmente sirva para que lo está concebida la Asamblea, para controlar, inspeccionar, ser informados o dar luz verde a las propuestas de la junta directiva?

A la Asamblea de compromisarios le han quitado todo su valor, un mero paso que acentúa el poco poder que tiene hoy en día el socio sobre el club.

Un momento de la última Asamblea del FC Barcelona

Un momento de la última Asamblea del FC Barcelona / FCB

Ya no estamos en época de pandemia, pero seguirá siendo telemática. Es la mejor manera para controlar el cotarro. El socio ya no le puede preguntar directamente al presidente, a quien no verá cara a cara. Es democrático poder preguntarle sin filtros ni manipulaciones de agrupaciones temáticas para que pueda escuchar los aplausos del compromisario, o los abucheos. Para que capte el sentimiento del socio y para que este sienta que se cuenta con él. Escogen al presidente, pero luego no le pueden auditar.

Habrá tres puntos del orden del día. El primero es la liquidación del ejercicio 22-23 que presentará un beneficio récord de 300 millones. No habrá debate. Luego se aprobará el presupuesto para el año que viene y finalmente se ratificará el acuerdo con Ambilight TV, una nueva palanca de la que, presumiblemente, no volverán a decir la cantidad de la que se trata porque la otra parte no lo desea. Y a todo esto, mientras escribía todo esto, me viene a la mente una pregunta: ¿Por qué si hay un beneficio de 300 millones hay que activar más palancas?