Y ahora tocará crucificar a Luis Enrique

El seleccionador murió con sus ideas, en un equipo con mucha falta de gol

La Roja mereció pasar, pero se ha construido un equipo de futuro

Luis Enrique, decepcionado

Luis Enrique, decepcionado

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

Habrá leña a Luis Enrique. Desde Madrid muchos esperaban este momento para acabar de crucificar a un entrenador que, a pesar del fracaso en el Mundial, ha construido un proyecto que seguro tendrá sus frutos en el futuro. España se va por la puerta de atrás en un Mundial muy irregular, pero murió con sus convicciones. Al ataque e intentándolo hasta el final ante un rival que se limitió a defender -muy bien por cierto- durante los más de 120 minutos que duró el partido.

A Luis Enrique se las van a tirar de todos lados. Dar leña tras una derrota y más cuando el seleccionador nunca ha reído las gracias de una parte del entorno es lo fácil, pero la realidad es que solo se le puede imputar no haber encontrado el gol más allá del inicio arrollador ante Costa Rica. La apuesta arriesgada por Ansu Fati no salió bien y al equipo le faltó algún goleador arriba que pudiera ser un complemento en partidos cerrados como el de Marruecos.

Irse en octavos de final y ante Marruecos deja una amarga sensación de fracaso. Porque España es muy, muy superior al equipo africano en todos los sentidos. Y sin referentes arriba es muy complicado abrir las líneas para ganar un partido que se debería haber resuelto, incluso, antes de la prórroga. La Roja se va en un cuadro en el que podría haber llegado muy lejos, pero el legado de Luis Enrique quedará. Han debutado muchísimos jugadores jóvenes que ya se han acostumbrado a las grandes citas y han rendido bien. Esta selección tiene un claro sabor ofensivo al que le falta un buen referente arriba. Es lo único. Y esa ambición, ese estilo, ese proyecto que ha iniciado Luis Enrique seguro que perdurará. Que le aticen los cortos de mira porque en el futuro ya se acordarán de él.