Que esto acabe bien

Joan Laporta.

Joan Laporta.

Carles Sans

Carles Sans

Es sorprendente ver cómo algunos siguen especulando con el regreso de Leo Messi al Barça. Supongo que la ausencia de noticias ligueras por el parón de selecciones hace que retomen asuntos muy manidos, y que no tienen ningún futuro real. Por especular que no quede, dirán algunos, o “fer buillir l’olla” añadirán otros. A lo mejor es que se prefiere fantasear con esto y así nos evadimos de todos los ásperos asuntos que acechan al club.

Ahora el Barça tiene varios frentes abiertos con los que ha de combatir a brazo partido: por un lado, el envenenado asunto Negreira del que cada día nacen nuevas noticias que van en direcciones, a veces opuestas, pero de las que el prestigio del F.C. Barcelona, más allá del resultado final, no saldrá de ninguna manera beneficiado. Es incómodo y preocupante para los socios ver la ambigüedad o el silencio con que el club afronta una situación que todos deseamos que se esclarezca cuanto antes. Esperamos con atención el trabajo de su gabinete jurídico y confiamos que no vaya más allá de una “torpeza” de gestión heredada de una presidencia a otra y valorada en algo más de 7 millones de euros, que no es poco.

La otra batalla abierta es la de la dichosa masa salarial, que el Barça, según contaba Lluís Mascaró en su editorial del miércoles pasado, piensa reducir este verano en 200 millones a base de rebajas, ventas de jugadores (algunas de ellas deseadas y otras no tanto) y la contratación de jugadores que marquen la diferencia a precio asequible para unas arcas con muy escasos fondos.

Malos tiempos para un club que deberá sobreponerse del desgaste personal que conlleva todo esto para quienes lo conducen. Como creo en la presunción de inocencia de todos quienes han manejado el club en los últimos años, debemos, hasta el último minuto, defender su honradez, aunque ayudaría recibir por parte de la directiva alguna información que justifique todo lo investigado hasta ahora.

Afortunadamente, el equipo de Xavi Hernández parece que ha conseguido aislarse de tanto estruendo y va por la senda del éxito que ha de proporcionarnos una Liga que, seguro, endulzará la amarga travesía por la que transita la entidad y que, como socio, deseo que acabe de la mejor manera y con el menor estropicio posible.