Craviotto, la leyenda humilde

El deportista, que cambió el neopreno por el traje de policía para combatir la pandemia, ha vuelto a morder un oro

Se subió por primera vez a una piragua con un año y su último logro ha sido una nueva medalla

craviotto

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Aurora Fuster

Saúl Craviotto puede no sonar en los telediarios como los futbolistas. No tener un balón de oro hace que pases más desapercibido. Sin embargo, no todo se resume en eso. Podríamos hablar de medallas, no por nada, pero tiene unas 22, entre Mundiales, Juegos y Europeos. Constancia, esfuerzo, algo que le transmitió el hombre que le enseñó que la piragua iba a convertirse para el ilerdense en lo mismo que un balón para Messi:su padre Manuel.

Y es que le gustase o no nadar, Saúl descubrió qué era una piragua con solo un año. Su padre, que fue campeón de España de su disciplina deportiva, entrenó a jóvenes de su ciudad natal. Con la curiosidad de un niño pequeño, Craviotto siguió subiéndose a la piragua y cuando era adolescente, se mudó a Madrid a una escuela de alto rendimiento. Un niño que se fue de casa y diciendo adiós con la cabeza y sin volver hasta Navidad. Eso sí, desde que subió a ella, no se ha vuelto bajar hasta cumplir su sueño, y en 2008 compitió en unos Juegos Olímpicos.

Además, a parte de compaginar su carrera de deportista de élite, puedes encontrártelo enseñando su torso en un anuncio, en Masterchef Celebrity o incluso de presentador con Paula Vázquez en un programa televisivo. Eso sí, el deportista no dudó en cambiar el neopreno por el traje de policía, para combatir la crisis del covid.

Ahora, volvió a embarcarse con sus compañeros y lo hizo a lo grande consiguiendo el oro en el Mundial de Halifax. Allí, junto a Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade, llevó a la selección española a lo más alto. Superó a su bestia negra, Alemania, y lideró a su equipo hacia el oro. Lo que está claro es que una vez anuncie que se baja, que es probable que sea después de los Juegos de Paris 2024 dejará todo un legado.

Y es esque ya bromeó sobre que su fin estaba cerca, y que no le dejaban irse. Al final no se trata de vitrinas ni de trofeos. Esperemos que el deportista, igual que Rafa Nadal, siga durando para poder siendo un ejemplo, del deporte español. El resto, es historia.