Legislatura en suspenso

El Gobierno no retomará la negociación de Presupuestos hasta resolverse la gobernabilidad en Cataluña

Las relaciones entre los socialistas y los partidos independentistas seguirán congeladas por el riesgo de bloqueo, la posibilidad de una revisión de las estrategias en Madrid de Junts y ERC y el cambio de interlocutores si se renuevan liderazgos

La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, pasa ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, pasa ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / José Luis Roca

La estabilidad de la legislatura no estará garantizada hasta que el Gobierno apruebe sus primeros Presupuestos y por el momento seguirán en el aire. Aunque en Moncloa aseguran tajantes que Salvador Illa se convertirá en el próximo presidente de la Generalitat, descartando la posibilidad de una repetición electoral, no retomarán la negociación de las cuentas públicas con los independentistas hasta despejarse el escenario de la gobernabilidad en Cataluña. El riesgo de bloqueo o la posibilidad de una revisión de las estrategias en Madrid de Junts y ERC, alimentada por un hipotético cambio de sus interlocutores como desconfían en Moncloa, son elementos por los que el Ejecutivo evitará mover ficha.

El Ejecutivo tenía avanzados preacuerdos para la aprobación de los Presupuestos con varios de sus socios de investidura cuando decidió prorrogarlos por el adelanto electoral de las catalanas. Incluso con Junts se había abierto una mesa de negociación varias semanas antes. Como entonces, la intención pasa no dar pasos en falso y evitar la presentación de las cuentas públicas hasta tener la garantía de que no serán tumbadas a través de una enmienda a la totalidad.

El calendario queda así a expensas de resolverse la gobernabilidad en Cataluña y tantear las posibilidades de acuerdo. Lo que sí se hará, según fuentes del Ejecutivo, es ir cumpliendo los primeros hitos necesarios para su tramitación, comenzando por la presentación de los objetivos de déficit a partir del próximo mes de junio, después de las elecciones europeas.

En el Gobierno dan por descontado que los tiempos para una investidura en Cataluña se dilatarán. Primero, porque las elecciones europeas del 9 junio, cuya campaña electoral arrancará el viernes de la próxima semana, obligan a dejar en suspenso las conversaciones. Segundo, porque los socialistas entienden que la “digestión” de los resultados por parte de las formaciones independentistas serán lentos. Al mismo tiempo, sus decisiones serán fruto de un debate interno que tampoco prevé resolverse con rapidez. Finalmente, como consecuencia de todo ello, en Moncloa están a la espera de si cambian sus interlocutores no solo en ERC, sino también en Junts.

Por el momento, el president Pere Aragonès ha anunciado que se retira de la primera línea políticaOriol Junqueras dejará la presidencia del partido tras las europeas, a la espera del congreso extraordinario, y Marta Rovira no volverá a presentarse para revalidar su cargo como secretaria general. La crisis en los republicanos se extenderá al menos hasta el 30 de noviembre, la fecha elegida para su congreso.

Cambio de interlocutores

En Moncloa deslizan la posibilidad que Carles Puigdemont pueda dar un paso al lado. Pese a no tener cargos orgánicos en Junts, encabeza el equipo de negociador de su partido con el PSOE. De hecho, fuentes de Moncloa dicen no contemplar nuevas reuniones de la mesa de negociación entre ambos partidos. Lo "lógico" sería mantener las relaciones en suspenso hasta que "se despeje" el escenario de la gobernabilidad y "esperar a ver quiénes serán los otros interlocutores, señalan los colaboradores del presidente del Gobierno. Carles Puigdemont anunció que dejaría la primera línea política si no lograba ser investido president.

Las relaciones seguirán así congeladas y, por tanto, la posibilidad de activar unos nuevos Presupuestos y apuntalar la legislatura. La constitución del nuevo Parlament y la elección de la Mesa se producirá el próximo 10 de junio. La primera sesión de investidura será el 25 de junio. Si en segunda vuelta no sale adelante por mayoría simple, arrancará un plazo de dos meses para intentar investiduras alternativas.

“ERC necesita tiempo”

La fecha límite, por tanto, es el 25 de agosto. En Ferraz asumen que se estirará este calendario. Sus miradas se dirigen hacia ERC para propiciar un acuerdo entre fuerzas progresistas y entienden que para los republicanos será complejo virar el barco en esta dirección tras presidir la Generalitat. “El viaje es el que es y necesitan tiempo”, trasladan en la sede federal del PSOE.

Hasta la vuelta del verano no se recuperaría la normalidad en el mejor de los casos. Siempre que se logre cuadrar el círculo consiguiendo la presidencia de la Generalitat y afianzar la gobernabilidad de la legislatura. En el peor de los escenarios, el de una repetición electoral, se enterraría cualquier posibilidad de aprobar los Presupuestos de 2025 en tiempo y forma, pues los nuevos comicios se celebrarían en octubre. Pase lo que pase, el Gobierno descarta que vayan a adelantarse las elecciones generales e insiste subrayar que quedan tres años de legislatura. Un adelanto, suelen repetir los socialistas, puede provocarse porque el Congreso tumbe unos Presupuestos, pero no por prorrogarlos.