Portugal mantiene la "conquista del sueño" con agonía

EFE

La selección de Portugal, actual campeona de Europa, se mantiene en la ruta de la conquista del sueño pese al sufrimiento y agonía que tuvo que vivir en el Mordovia Arena de Saransk ante Irán y al flojo rendimiento futbolístico durante toda la primera fase.

'ConquistaOSonho' es el lema utilizado para este Mundial de Rusia 2018. Sigue vigente, aunque por un momento estuvo por desvanecerse si la selección iraní, tras empatar con un penalti decretado gracias al VAR, hubiera aprovechado su última gran ocasión. De haber entrado aquel balón, Portugal, que durante muchos minutos tenía en su poder la primera plaza del grupo B, tendría que haber hecho las maletas.

Como en los dos anteriores partidos, ante España y Marruecos, Portugal no ejerció de cabeza de serie y hasta por momentos estuvo a merced del conjunto de su exseleccionador Carlos Queiroz. En esta ocasión fue superior en estadísticas como posesión (62-38), en tiros a puerta (14-8, 7-5 entre los tres palos) y en pases (619-226).  Pero, otra vez, no dio la sensación que se espera del campeón de Europa. Además, le falló en esta oportunidad su gran baza, Cristiano Ronaldo.

El delantero del Real Madrid, que llegaba a este encuentro con cuatro goles en el zurrón, completó una noche para olvidar. A los 53 minutos vio como el iraní Ali Beiranvand le paraba un penalti y minutos después se jugó la expulsión con un codazo que el colegiado, extremadamente permisivo, consideró merecedor de amarilla tras acudir al VAR. 

A pesar de su gris actuación, Ronaldo ha sido el líder y el sustento del conjunto de Fernando Santos en su andadura en el grupo B. A falta de buen fútbol, el equipo se ha agarrado a la capacidad goleador del '7' para sobrevivir. Si frente a Marruecos el guardameta Rui Patricio fue el otro 'salvador de la causa', ante Irán el factor diferencial fue Ricardo Quaresma, con su característico golpeo con el exterior de la bota.

El jugador del Besiktas respondió a las expectativas en su primera titularidad, pero, como ya le ocurrió frente a España, el cuadro luso no supo manejar el encuentro y dio vida a su rival, que no solo empató sino que estuvo muy cerca de completar la remontada y de mandar a al campeón de Europa de regreso a casa. 

La plantilla, no obstante, sigue fuerte como grupo. Sabe que desde las dificultades pueden crecer más y mejor. Para los lusos está cumplido el primer objetivo. No hay grietas. Hay satisfacción por el paso dado, pero medida. Con las eliminatorias directas llega una nueva fase de mayor exigencia. Enfrente, el próximo sábado en Sochi, estará una Uruguay imbatida que pondrá a prueba el sueño de Portugal.