Hazard sentencia a Inglaterra y conduce a Bélgica al mejor Mundial de su historia

Franc Mendiola

Bélgica, que nunca antes había pasado de un cuarto puesto en una Copa del Mundo (en 1986 fue cuarta en México), firmó ante Inglaterra el mejor papel de su historia en la cita de citas del fútbol global. 

Un 2-0 convincente y merecido que tiene mayor relevancia en lo histórico que en lo material, ya que los ‘diablos rojos’ jamás habían saboreada unas mieles tan dulces en un Mundial a pesar de que el tercer puesto es un consuelo algo pírrico. Las dianas de Meunier y Hazard ahondaron en la pérdida de confianza de Inglaterra, y auparon a los altares a la generación dorada de HazardDe Bruyne, Lukaku y cía, magistralmente dirigida por el catalán Roberto Martínez. Y para muestra del valor de lo conseguido, un botón: con el tanto de Meunier, hasta 10 belgas han logrado marcar en Rusia 2018.

Bélgica, a priori, se tomó más en serio la primera parte del duelo de los frustrados. Ya en el minuto 4, el combinado dirigido por Roberto Martínez se agenció el 1-0 en una jugada de libro. Lukaku inició la triangulación letal con un balón al espacio para Chadli. El carrilero del  West Bromwich Albion controló y, viendo en carrera a Meunier, puso un caramelo de centro hacia el punto de penalti que el lateral del PSG cazó para llevarlo a la red. En menos de 240 segundos minutos, Meunier demostró cuánto le echó de menos su selección en la semifinal ante Francia.

El gol avivó el fuego en el juego de los ‘diablos rojos’. Lukaku malogró una contra muy peligrosa, y Pickford sacó una manopla salvadora en un tiro envenenado de Kevin de Bruyne que tocó antes en Maguire, de ahí su peligroso desvío. Y de nuevo, el gigantón Lukaku desperdició la ocasión de ampliar rentas al controlar mal un pase mondo, casi acendrado, de De Bruyne. Inglaterra no pudo contrarrestar la amalgama de recursos belga, y solo Kane pareció poder percutir la maraña defensiva propuesta por el ilerdense ‘Bob’. Su único tiro, mordido y futil.

En el último tramo de primera parte, una pifia en el empalme de Tielemans generó un balón suelto que Alderweireld no transformó en el 2-0 de milagro. Ese golpeo con la espinilla, y las decisiones ya un tanto nefelibatas de Hazard y De Bruyne, amarraron el 1-0 hasta el descanso.

Mejora insuficiente de Inglaterra

Southgate agitó el avispero en el intermedio y dio entrada a Rashford y Lingard. ‘Los tres leones’ lo agradecieron y pudieron rugir un poco en ataque, pero sin alardes. A la chita callando, Bélgica cedió el mando de control y apostó por las contras y los despistes británicos. En uno de ellos, se repitió una de las acciones claves del encuentro. De Bruyne se inventó uno de los mejores pases del Mundial, otra salvaje asistencia con túnel incluido a Stones, pero Lukaku fastidió la acción con su tercer control de “tronco”.

Inglaterra continuó adelantando líneas, profundizando por la derecha con las incursiones de Loftus-Cheek. Así, llegó su oportunidad más clara del partido a los 70 minutos. Kompany no interceptó un esférico franco para Dier, que tras controlar y adentrarse en el área la picó por encima de CourtoisAlderweireld taponó el envío sobre la misma línea de gol y evitó un 1-1 cantado. Los de Southgate achuchaban de lo lindo, con multitud de balones áereos al área belga, pero ni Maguire ni Kane acertaron a igualar.

Pero los ‘diablos rojos’ no se acoquinaron con el empuje británico. Un contragolpe de libro, majestuoso, tejido entre HazardDe Bruyne y Mertens, terminó con una volea de Meunier que Pickford desvió con un paradón sensacional.

La guinda la pone Hazard

El talento de los hombres de Roberto Martínez salió a relucir de nuevo. Y un fallo de Stones, sorprendentemente bisoño en el corte, facilitó a Hazard el 2-0 en una colada hacia el punto de penalti con definición final al palo corto. Ahí murió un partido disputado con más ganas de las que se pueden llegar a tener en una circunstancia así, y que permitió a Bélgica firmar la mejor página de su historia en un Mundial. Al otro lado, “Football it’s coming home”… con la puntilla a la decepción de la semifinal ante Croacia.