El Mundial que marcará un antes y un después

Miki Soria

Miki Soria

Con la victoria de Estados Unidos ante Países Bajos se cierra un Mundial de Francia histórico. Por el espectáculo vivido en el terreno de juego, por su seguimiento masivo a través de todo tipo de soportes y medios, por la confirmación de que, con inversión, el fútbol femenino es también rentable y por la fuerza que todo eso transmite a la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, con el mensaje más amplificado que nunca.

Marcas como Nike, que vestía a 14 de las 24 selecciones del torneo, apostaron con fuerza por el fútbol femenino y están recogiendo los frutos de esa inversión situándose como la marca líder en venta de ropa deportiva para mujeres. La compañía anunció que la camiseta de la selección femenina se ha convertido en la más vendida del año, por encima de cualquier masculina.  

También televisiones de todo el mundo han establecido récords de audiencia en el fútbol femenino durante el torneo, empezando por GOL, que ha firmado el mejor mes de junio de su historia y ha cifrado en 12 millones de espectadores acumulados su audiencia durante el Mundial, y continuando por Francia -51% de share en el Francia-Estados Unidos-, Inglaterra, Brasil, Estados Unidos, Holanda, Suecia o China, entre otros, incluyendo la propia FIFA a través de sus canales digitales. Sin olvidar las redes sociales, que han permitido dar un altavoz increíble al torneo y situarlo entre los temas de conversación más destacados del último mes.   

Todo ello debe permitir que el futuro pueda ser aún mejor aunque la deseada igualdad siga estando lejos de producirse. Se van dando pasos, pero aún hay mucho camino por recorrer, por eso es importante no frenar esa apuesta, sino doblarla. El Mundial, que empezó sin una de sus estrellas, Ada Hegerberg, en protesta por las desigualdades que existen en su federación, acaba coronando a Megan Rapinoe, líder en el campo y fuera de él por su mensaje reivindicativo, mientras todo el estadio clamaba por la igualdad salarial en el fútbol cuando Gianni Infantino, presidente de la FIFA, entregaba el trofeo a las campeonas. 

¿Qué deparará el futuro?

Sobre los retos de futuro hablaron en París antes de la final personalidades del fútbol femenino en el marco de un ‘Women’s Panel Talk’ organizado por Nike. En el acto, moderado por la exfutbolista holandesa ‘Rocky’ Hehakaija, se destacó el momento “excitante” y “lleno de retos” que tiene por delante el fútbol femenino una vez confirmado el éxito brutal del torneo en Francia.

“Este Mundial no se trataba solo de ganar o perder un partido. Estas mujeres han demostrado lo que se puede hacer, todo de lo que son capaces. De liderar un cambio en la sociedad, cambiar la percepción del mundo”, señalaba Karina LeBlanc, máxima responsable del fútbol femenino en la CONCACAF y exportera canadiense con cinco mundiales a sus espaldas. “Es nuestra responsabilidad como futbolistas”, añade la delantera danesa Nadia Nadim, ahora en el PSG, quien señala con orgullo cómo ha crecido la apuesta por el fútbol femenino en países en los que hasta ahora no había tradición y que eso no hará otra cosa que “subir el nivel” de cara a los próximos años.

“Sigue habiendo una mayoría que le dice a las mujeres que no puede jugar a fútbol o hacer cualquier cosa. ¿Por qué las niñas empiezan a jugar más tarde que los niños?”, se cuestiona Anna Kessel, editora de deporte femenino en ‘The Telegraph’. La respuesta no es sencilla, pero se está trabajando desde mil ámbitos diferentes para que eso cambie, tal y como señala la exinternacional francesa y ahora directora deportiva del PSG, Laure Boulleau. “El Mundial de Francia tendrá muchos efectos y todos ellos serán positivos. Yo no tenía referentes femeninos cuando empecé. Ahora las niñas sí y muchas de ellas lo habrán seguido por televisión y querrán empezar a jugar. Si conseguimos que esa apuesta por el fútbol femenino atraiga también más inversiones y que el mensaje continúe amplificándose, el futuro será increíble”.