Ona Carbonell, una diosa en el Olimpo

Phelps, Lochte y Carbonell, coleccionistas de medallas mundialistas

Phelps, Lochte y Carbonell, coleccionistas de medallas mundialistas / MARC CREUS

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Poco se imaginaba aquella niña que dormía haciendo el espegat con apenas 10 años y que quedó prendada por la natación sincronizada que, 20 años después y tras miles y miles de horas en la piscina, se elevaría al estatus de diosa del agua con 22 medallas mundiales. La última medalla de Ona Carbonell, la plata conseguida en Gwangju en el solo libre al ritmo de ‘It’s a Man’s Man’s World’ de James Brown con una colaboración especial de Luciano Pavarotti.

Más que ninguna otra mujer en el planeta tiene más medallas mundiales. Solo dos hombres, o mejor, dos leyendas de la natación, superan esta increíble cantidad de preseas mundiales: Michael Phelps y Ryan Lochte. La siguiente es Ona.

Supera a Ischenko y Romashina en número de medallas en Mundiales

Con su medalla de bronce en ‘Highlight’ el martes superó en el ranking con 22 medallas a su referente desde niña, Svetlana Ischenko, ya retiada y que logró 21 entre 2005 y 2015, aunque en su caso 19 fueron de oro.  

Su gran rival en la actualidad, Svetlana Romashina, ha logrado 20 sumando la que ganó precisamente ayer en el solo libre con una puntuación de 97,1333 donde superó una vez más a Ona Carbonell (94,5667). También todas las de esta nadadora rusa son de oro. 

Las primeras, en australia

La nadadora catalana ganó sus dos primeras medallas en 2007, con tan solo 17 años y formando parte del equipo. Entonces era la pequeña del grupo y se desplazó a Melbourne con toda la ilusión y los nervios que supone tu primera gran competición internacional. Subió al podio formando parte de una generación llena de talento capitaneada por Gemma Mengual, que cerró su carrera con 20 medallas, y con Anna Tarrés al mando. A partir de allí, Ona ya no se ha bajado nunca más del podio de un Mundial. 

El único oro, en Roma

En Roma 2009 consiguió el único oro que tiene España en Combo y platas en equipo técnico y libre. Tras los 4 bronces de Shanghai, llegaron los Mundiales de Barcelona. En casa y ante su gente, Ona Carbonell se colgó siete medallas: tres platas en las disciplinas de equipo y cuatro bronces en solo y dúo junto a Marga Crespi.

En Kazán 2015 fue plata en solo técnico y bronce en solo libre  mientras que en Budapest ya consiguió sus dos primeras platas en los solos, lo que supuso un paso más en su carrera como solista.

Un año sabático y vuelta con más fuerza

Tras un año sabático en el que Ona quiso desconectar un poco de la piscina y se dedicó a aspectos más lúdicos como participar, y ganar, el concurso Master Chef, la nadadora cattalana ha vuelto con mucha fuerza y más confianza si cabe, lo que se ha traducido hasta hoy en otras tres medallas en lo que llevamos de Mundial: Solo técnico, solo libre y Highlight.

Tras conseguir este gran récord, Ona estaba emocionada: “No me lo creo. Todo esto me está superando. No me pensaba que iría todo tan bien y tampoco sabía nada de todos estos récords. La verdad es que estoy superemocionada”, dijo tras conseguir la medalla de plata en el solo libre.

En referencia a ponerse tan cerca de los conseguido por Phelps y Lochte, Ona alucinaba: “Cuando me dijeron que voy por detrás de Phelps y de Lochte dije: ‘¿perdón? ¿Phelps?’, ya que para mí es como un ídolo, y haber superado a Ishchenko, que es mi referente desde pequeña... imagínate”, confesó.

puede ganar dos más

Este jueves Ona nada la final del dúo libre junto a Paula Ramírez. En la preliminar quedaron quintas a 1,5 puntos de Ucrania, tercera, y 0,8 puntos por detrás de Japón, cuarta. El podio está lejos, pero no es imposible. 

Un poco más complicado es conseguir el podio el viernes en el equipo libre pues tras la preliminar España está en la misma situación pero un poco más lejos de ucranianas y japonesas. En ambos casos, Rusia y China comen a parte.

Concentración máxima

Cabonell sigue concentrada para intentar estas dos medallas: “Es como estar e el cielo, pero intento no estar mucho en el cielo, porque mañana tengo final de dúo libre y pasado de equipos libre y hemos trabajado mucho en esta dos pruebas. Así que, hasta que no acabe, tengo que estar concentrada en la competición”.

Un baile con rondo de sus compañeras y unas lágirmas de emoción fue todo lo que se permitió Ona. Es lo que le dicta su alma de campeona.