Catar habría espiado a las candidaturas rivales al Mundial 2022

Según Associated Press el Estado catarí habría contratado a un exagente de la CIA

También habrían invertido en vigilar a la FIFA

El Mundial de Catar 2022, envuelto en polémica

Catar vivirá el Mundial en 2022 / Qatar 2022

Artur López

Si las sospechas ya se cernían sobre la FIFA y Catar por la concesión del Mundial 2022, ahora todavía más tras la información de Associated Press (AP). La agencia de noticias ha informado sobre la generosa inversión del país de la Península catarí en espionaje a la propia FIFA y a las candidaturas rivales en la carrera por organizar la próxima Copa del Mundo.

El Estado de Oriente Medio contrató al exagente de la CIA Kevin Chalker. El espía aprovisionó a Catar con especialistas en tecnologías de la información (TI) y agentes de campo de élite, procedentes de la empresa Global Risk Advisors. Esta empresa y sus filiales se encargaron del trabajo sucio de espionaje. Chalker firmó un acuerdo de servicios con Catar en agosto de 2017, por el cual, Global Risk Advisors puede asesorar en vigilancia, contravigilancia y recopilación de datos al régimen catarí. Las sociedades fantasma del exagente de la CIA habrían percibido hasta 40 millones de euros en 2017, fruto de ese acuerdo.

Por si esto fuera poco, también habrían seguido a los críticos de la polémica adjudicación del Mundial 2022 a Catar. Varios componentes de la FIFA, detractores de la concesión de la sede mundialista a Catar, fueron objeto de seguimiento por parte de un proyecto llamado Merciless. Este exhaustivo trabajo de espionaje constó de una inversión de 343 millones de euros durante nueve años. El exsecretario general del organismo internacional, Jérome Valcke, fue uno de los blancos.

Una de las candidaturas que habría monitoreado el régimen catarí es la de Estados Unidos. Diligence, empresa de inteligencia privada de Londres, se encargó de vigilar a varios objetivos de la candidatura norteamericana mediante una cuenta falsa de un fotoperiodista en Facebook. Además, estuvieron en el punto de mira las comunicaciones y registros financieros del exvicepresidente de la FIFA, Jack Warner, y del exalto funcionario de fútbol estadounidense, Chuck Blazer.