SEAT LEÓN TGI

Seat León TGI 5 puertas, una apuesta segura

Probamos una alternativa muy interesante al motor tradicional, un León híbrido de gas y gasolina.

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Seat León TGI 5 puertas, una apuesta segura. / OSCAR FONTAN

Àlex Soler

Àlex Soler

Muchos fabricantes dedican sus esfuerzos en el desarrollo de sistemas de propulsión alternativas al motor de combustión tradicional de gasolina y diésel. La propulsión eléctrica está evolucionando con velocidad y parece la opción más viable para sustituir a los motores de siempre. Ya han llegado los híbridos enchufables, los 100% eléctricos… Pero mucha gente ha pasado por alto otra alternativa muy interesante, la propulsión a gas.

El Seat León TGI se alza como un referente entre este tipo de vehículos. Esta versión del León utiliza dos combustibles, el gas natural comprimido (GNC) y la gasolina, con el mismo motor, un TSI 1.4 que desarrolla 110 CV de potencia con una caja de cambios manual de seis velocidades que funciona muy bien. El principal argumento a favor del TGI es el ahorro del precio por kilómetro, que se sitúa un 30% más barato que las versiones diésel y un 50% que las de gasolina. El consumo medio homologado cuando circula con gas es de 3,5 kg/100 km y el precio del GNC está entre 0,75 y 0,95 euros por kilo.

El León TGI funciona automáticamente con gas, siempre que haya, excepto al arrancar, que utiliza gasolina. El TSI 1.4 presenta ligeras modificaciones para ser compatible con el gas: se han reforzado los pistones y el turbo es más ligero. El deposito de gas, situado en el maletero, está fabricado en acero de alta resistencia.

Una vez se pone en marcha, no notamos absolutamente nada distinto a lo que sentimos al conducir su hermano de gasolina. El motor de 110 CV y un par de 200 Nm es más que suficiente para la vida diaria y para satisfacer las necesidades de ocio del conductor. El paso por curva es estable pero con la garra característica del León y su frenada es contundente. La única diferencia se encuentra en el cuadro de instrumentos, donde aparece el estado de carga del deposito de gas, de 15 kilos, y del tanque de gasolina, de 50 litros, como las demás versiones del vehículo. Con ambos depósitos llenos, el Seat León TGI, según el fabricante, puede llegar a circular hasta 1.350 kilómetros. A nosotros se nos quedó en unos 1.150 combinando autopista, ciudad y montaña. Además de su increíble autonomía y del favor que le hace al bolsillo, es muy respetuoso con el medio ambiente, marcando unas emisiones de 96 gr/km de CO2.

Cuando los 15 kilos del deposito de gas del León se agotan, cerca de los 300 kilómetros, el motor pasa a funcionar con gasolina automáticamente sin que percibamos ningún signo de cambio más allá de la ventana informativa en el cuadro de mandos. A partir de entonces, el viaje prosigue sin problemas.

HERMANO GEMELO

Estéticamente, el León TGI no cambia absolutamente nada respecto a las versiones de gasolina y diésel. La principal diferencia la encontramos en el maletero, más pequeño que el del resto por la necesidad de albergar el deposito de gas. De los 380 litros de capacidad de carga del León, el TGI se queda en 275 litros, suficientes para irnos de vacaciones si somos creativos con el equipaje. El resto es idéntico. El cuadro de mandos muestra la velocidad, las revoluciones por minuto y, perfectamente integrado, el nivel de GNC disponible. Además, mientras circulamos con gas, un piloto nos indica que estamos usando este tipo de propulsión. En el exterior no encontramos ningún cambio más allá de las siglas TGI debajo de la óptica trasera derecha.

El equipamiento disponible para el León TGI también es muy similar al del resto de versiones. El que probamos en Motor Zeta incorporaba control de crucero con radar, muy útil en autopista porque además de la velocidad mantiene el margen de seguridad frenando si es necesario, start stop, faros automáticos, alerta de cambio involuntario de carril, sensor de aparcamiento, cámara de visión trasera, navegador… Con todo, conducir el Seat León TGI es muy cómodo y el uso de sus sistemas es muy intuitivo.

POCOS SURTIDORES

El principal problema del GNC en España son la falta de surtidores para repostar gas, pues apenas hay 50 (17 en Madrid y 12 en Barcelona). En Alemania o Italia, donde las ventas de coches con este tipo de propulsión representan cerca del 50%, la apuesta es mucho más firme. Sin embargo la UE confía en que para 2025 haya una estación, como mínimo, cada 150 kilómetros en España. No obstante, en nuestra prueba, íbamos provistos del mapa de las gasineras más próximas y pudimos respostar sin ningún problema. El procedimiento es sencillo, como en cualquier gasolinera.

Para los preocupados por la seguridad, el fabricante argumenta que la válvula de seguridad del deposito libera gas en caso de aumento de presión para evitar problemas. Además, la temperatura de combustión del GNC es de 600ºC, mucho mayor que los 315ºC de la gasolina, por lo que en caso de accidente aparatoso es más susceptible de incendiarse un motor de gasolina que de GNC.

Consulte la ficha del Seat León 5 puertas en Motor Zeta.

El Seat León TGI es una opción muy a tener en cuenta, sobre todo si se vive cerca de un punto de repostaje de gas natural comprimido. El ahorro, las bajas emisiones y su precio, desde 21.490€, son los puntos a favor para plantearse dar el salto al GNC