Las claves del octavo título de Márquez

Márquez, campeón

Márquez, campeón / Repsol

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Marc Márquez ha vuelto ha hacer historia y a sus 26 años ha sumado su octavo título mundial, el sexto en la categoría reina y los cuatro últimos de una tacada. Con el campeonato logrado este domingo en la pista del Chang Circuit de Tailandia, el piloto del Repsol Honda se sitúa ya a una corona de las nueve que atesora Valentino Rossi. Analizamos en tres puntos las claves de su éxito.

1. Determinación y carácter en la pista

Determinación. Espectacular la temporada de Marc Márquez, que a sus 26 años ha sumado su octavo título mundial, seis en la categoría reina y los cuatro últimos de una tacada. El curso, que se ha decidido con cuatro grandes premios de antelación, ha sido para enmarcar. De las 15 carreras disputadas ha ganado 9 y en 5 ha sido segundo. Solo falló en Austin, donde se fue por los suelos cuando lideraba con absoluta autoridad. Sus estadísticas van más allá que estos datos que ya son de por sí impresionantes, puesto que ha sumado diez vueltas rápidas y nueve poles. Además, de las 366 vueltas que se han disputado ha liderado la friolera de ¡218!

¿Dónde está el secreto? Su determinación y carácter sobre la pista ha vuelto a ponerse en evidencia, ya que al de Cervera solo le vale la victoria. Quiere ganar y se prepara todo el fin de semana para ello, buscando sus límites y los de la moto. Al talento natural que atesora, le acompaña una disciplina brutal para prepararse, dentro y fuera de los circuitos, y una tremenda ambición que le convierte en insaciable, como demostró en la última vuelta de Buriram.

2. Honda ha hecho una moto a su medida

Una moto a su medida. Marc Márquez le pidió a Honda una lista para tener una moto más competitiva, más a su gusto y que tuviera más tracción y, sobre todo, velocidad. El objetivo era no tener que ir siempre al límite, lo que había provocado muchas caídas y poder tener la capacidad de gestionar las carreras sin tener que ir siempre traspasando la línea del cien por cien.

Honda cumplió con sus deberes y la moto de este año cuenta con un plus que le ha permitido marcar las diferencias. Su velocidad punta ahora es similar a la de las Ducati y ello le hace afrontar los grandes premios con otro enfoque, más al ataque, marcando él el ritmo de carrera en lugar de ir a la estela de sus rivales y tratando de abrir diferencias cuanto antes para tener una carrera más tranquila, huyendo de las frenéticas luchas que le caracterizaban.

El paso hacia delante que ha dado la Honda, que además se muestra competitiva en todo tipo de circuitos, le permite a Márquez mantener el ritmo vuelta a vuelta y aumentar su regularidad. La sensación que da es que cada vez tiene menos puntos débiles, aunque solo él sea capaz de sacarle el máximo.

Una familia muy bien avenida

El equippo, una piña. La primera clave del éxito de Marc es su talento, la segunda la moto y la tercera, el equipo. El piloto de Cervera cuenta con un grupo de trabajo que con el paso de los años han pasado de ser colaboradores, a amigos y ahora, buena parte de ellos, son como su familia. La sintonía que se vive en el box del ‘93’ es total y este buen rollo, el excelente ambiente que se respira, hace que todos trabajen y se desvivan por un objetivo común. Los resultados son una evidencia y el catalán se ha mantenido fiel a las personas que le han rodeado desde su inicio.

Con él están sus padres y su hermano, que es su debilidad, su gran amigo y confidente, también Emilio Alzamora que se desvive para que se sienta cómodo en todo lo que haga, unos patrocinadores que mima con orgullo y un fabricante de motos con el que se siente más que identificado. Tiene claro que si las cosas ya le van bien no tiene por qué cambiar. Esta premisa también la utiliza en el box. Tiene un nutrido grupo de técnicos y mecánicos que le acompañan desde su debut en 2008, quienes además de ‘matar’ por él son, además de sus amigos, la familia.