Laia Sanz: “Hay que buscar siempre desafíos”

Laia Sanz inició su andadura en el Dakar en 2011. Ahora, después de 11 participaciones completadas y en 2015 estableciendo la mejor clasificación de una mujer en la categoría de motos (9ª absoluta), ha decidido dar el salto a las cuatro ruedas. Un paso trascendental en su carrera y una motivación que, a sus 35 años, confiesa que necesitaba para “seguir adelante”.

¿Cuándo sabremos más de su proyecto?

Pronto, muy pronto, espero. Estamos muy cerca de cerrar todos los flecos del acuerdo y hasta que no sea oficial, poco más puedo decir. Solo que voy a correr el próximo Dakar en coche y que estoy muy ilusionada.

Ha decidido cortar con las motos en el Dakar, pero no en sus otras dos disciplinas, el trial y el enduro, a las que precisamente ha regresado esta temporada con éxito.

Cuando estaba en KTM no tenía la opción de competir en trial y enduro, pero hacía tiempo que me atraía la idea de volver, lo echaba de menos, sobre todo el trial. Cuando Gas Gas me propuso intentar reconquistar los dos títulos me emocioné, quizá me pasé de optimista porque después de contraer la enfermedad de Lyme el año pasado, mi forma física no era la mejor. El trial ha subido mucho de nivel durante mis ocho años de ausencia, más que el enduro, así que me costó bastante y por momentos llegué a arrepentirme del reto. Pero fui progresando durante la temporada y el título fue una recompensa. 

Ya son 20 títulos, 14 en trial y 6 en enduro. ¿Tiene previsto seguir el próximo año para tratar de ampliar su palmarés?

Me gustaría y en Gas Gas está contentos, pero va a depender de los calendarios: Trial, Enduro, Extreme, Raids, Dakar…es muy complejo cuadrarlo todo, pero se intentará.

¿Ha superado las secuelas del Lyme?

Esa enfermedad nunca se acaba. En verano tuve un bajón físico importante pero ahora estoy más tranquila porque llevo tres meses encontrándome bien, cada vez mejor. Crucemos los dedos.

Cuando volvió a casa después del último Dakar recuerdo una frase suya: “A veces le daría una patada a la moto”. ¿Tan saturada estaba?

Ese Dakar fue duro después de llegar con tan poca preparación por mis problemas de salud. Si el rally hubiese seguido en Sudamérica quizás habría continuado corriendo en moto un par de años más, pero no me gustaba ni se me daba bien el nuevo estilo de carrera en el que se ha convertido el Dakar desde que cambiamos a Arabia Saudí. El cambio de escenario y el tipo de competición lo hacen más peligroso, sobre todo para las motos. Tenía que arriesgar mucho para acabar ¿qué? ¿10ª o 15ª?. Después de once ediciones eso ya lo he logrado.

¿La edad ha influído o ha sido más su experiencia junto a Carlos Sainz en Extreme-E?

Si, claro. Al final ya no tengo 20 años y es un momento ideal para cambiar, para no asumir tantos riesgos y poder seguir disputando un rally que me apasiona. Los coches siempre me han gustado, este año he corrido en Dubai y en el rally de Andalucía, además de estar con Sainz en Extreme. Digamos que por fin todo ha encajado, se ha alineado.

¿Qué ha aprendido pilotando al lado de Carlos Sainz?

Carlos es un gran profesional y lo que más me alucina es que a su edad y con todo lo que ha ganado todavía es tan competitivo, tan perfeccionista. Para mí ha sido una presión añadida conducir a su lado porque siempre quiere ganar y yo era la mujer con menos experiencia de todas las pilotos de Extreme, lo que era un hándicap, pero también me ha servido para aprender. Cada vez que salía a pista era un poco mejor piloto.

¿En qué debe mejorar Laia según Sainz?

Carlos me dice que tengo potencial y que lo único que me faltan son muchos kilómetros. Le sorprende lo bien que memorizo el circuito, estoy acostumbrada del enduro. Eso le llama la atención y creo que es en lo único que le gano, hasta me pide consejo.

¿Con qué objetivos se plantará en el podio de salida de Arabia Saudí en enero?

Más que objetivos, es una motivación. Los últimos años en el Dakar me sentía como una veterana que ya sabe de qué va aquello y ahora en cambio me veo otra vez como una júnior. Es como recuperar la sensación del primer Dakar, esos nervios en el estómago de la primera edición… obviamente tengo experiencia y me imagino como serán las etapas, el terreno, pero todo lo demás va a ser nuevo y me hace mucha ilusión, aunque también da respeto. 

¿Puede servirle su experiencia en moto?

Por supuesto. Saber leer las dunas y conocer bien el desierto me puede ayudar. En coches el que navega es el copiloto pero si el piloto ha navegado antes, se complementa mejor. Te ayuda a anticiparte. Tienes más sensibilidad para entender el terreno que uno que venga de los rallies.

¿Se considera una piloto total?

Creo que soy valiente, siempre he salido de mi zona de confort para atreverme con nuevos retos. Me quedaban tres años de contrato para correr el Dakar en moto y en cambio me he liado la ‘manta a la cabeza’ para lanzarme a la aventura de las cuatro ruedas. Un poco como me pasó de joven en el trial, donde pude quedame cómodamente para seguir ganando, pero me fui al enduro y de allí al Dakar. Empiezas sin saber, te vas superando, y al final eso te hace más completa como piloto.