Francia

Macron deja en suspenso la polémica reforma que ha incendiado Nueva Caledonia

El mandatario ha prometido no aprobar “por la fuerza” la reforma, dejando en manos de las autoridades locales un acuerdo sobre el estatuto de la isla

Macron llama al diálogo en su visita a Nueva Caledonia

Video: Agencia Atlas / Foto: AP

Leticia Fuentes

El presidente francés, Emmanuel Macron, deja en suspenso la reforma del censo electoral de Nueva Caledonia, aprobada por la Asamblea Nacional hace apenas dos semanas y que ocasionó un estallido político y social en el archipiélago. "Después de haber escuchado a todo el mundo, me he comprometido a que esta reforma no entre en vigor en el contexto actual. Nos vamos a dar unas semanas para retomar el diálogo en vistas de un acuerdo global", afirmaba.

En su visita de urgencia a Nueva Caledonia, y tras reunirse con líderes locales, este jueves el mandatario ha prometido no aprobar “por la fuerza” la reforma, dejando en manos de las autoridades locales un acuerdo sobre el estatuto de la isla, pero no sin ultimátum. El presidente ha dado un margen de un mes para “restablecer el orden” tras una “situación casi “insurreccional” y volver a sentarse. Aunque, no cierra la puerta a un Congreso y a la votación de esta reforma en París, a 17.000km del archipiélago.

“Racismo” y “daños colosales”

Un viaje corto pero intenso para el presidente de Francia. Durante la rueda de prensa, el Jefe de Estado prometió ayuda de emergencia para hacer frente a los “daños colosales” causados tras algo más de una semana de enfrentamientos, y que han afectado al 80% de los comercios de Nueva Caledonia, llevado a los locales a una situación de emergencia, especialmente aquellos que requieren de atención médica. Para ello, en los próximos días, el ministro delegado de Economía viajará a la zona con el fin de ayudar y agilizar el proceso de reconstrucción.

"El objetivo es volver a la calma lo antes posible, sin olvidar las exigencias actuales”, afirmaba Macron, mientras añadía que a los 3.000 policías y 130 agentes de la RAID (policía de intervención) presentes en Nueva Caledonia, se sumarán un centenar más y varios helicópteros porque el Elíseo “no va a ceder a la violencia”. Una violencia creciente que, según las autoridades, se traduce en un preocupante “racismo” que parte de un preámbulo histórico de luces y sombras.

Ahora, el presidente opta por la estrategia de poner en pausa dicha votación que estaba prevista a final de mes, aunque sin fecha oficial, y dejar en manos de las autoridades locales llegar a un consenso. Está previsto que, tras las elecciones europeas, el primer ministro, Gabriel Attal, viaje a la isla para hacer un balance de la situación y dar nuevos pasos.

Una compleja herencia histórica

Seis días de violencia y un estado de emergencia en Nueva Caledonia han hecho resurgir viejos fantasmas no olvidados. Según los expertos, no se recuerdan unas revueltas así desde los años 80, cuando el archipiélago estuvo a punto de una “guerra civil”.

Ahora, la reforma electoral impulsada por el ministro del Interior y de Ultramar, Gérald Darmanin, y aprobada por la Asamblea Nacional de París por 351 votos a favor y 153 en contra, ha vuelto a incendiar las calles de Nueva Caledonia.

Este nuevo texto busca dar más protagonismo a los franceses no autóctonos que residen desde hace más de 10 años en el territorio. Hasta ahora, solo pueden registrarse como votantes, aquellos que viven desde antes del 1998 y sus hijos. Para los independentistas esta reforma supondría perder peso en las decisiones más importantes del archipiélago, puesto que los nativos indígenas son una minoría creciente.

Durante su intervención, Macron ha recordado los tres referendos que vivió el territorio entre 1987 y 2021: el primero a petición del Estado, el segundo por parte de los lealistas, y el último por los independentistas, para rechazar discretamente la demanda de los separatistas sobre un cuarto referéndum.

Tras la rueda de prensa, el presidente regresa a París con el sentimiento de haber hecho “lo máximo para volver a la calma”, y haber cumplido con sus dos objetivos: crear un camino de diálogo y condenar la violencia vivida que se cobró seis muertos, dos de ellos gendarmes.

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