El Manchester United ha vuelto

José Mourinho y Zlatan Ibrahimovic debutaron este domingo con victoria en la Premier League. El Manchester United doblegó al Bournemouth (1-3) sin necesidad de apretar el acelerador y exhibiendo las señas de identidad de su nuevo proyecto, basado en el juego controlado y el talento de sus estrellas.

Sin Pogba, sancionado por su último partido con la Juventus, y con Mkhitaryan comenzando el partido desde el banquillo, Ibrahimovic y Bailly fueron las únicas caras nuevas del nuevo proyecto de los red devils. El central estuvo firme en la defensa que solo anduvo dormida en el gol del Bournemouth y el delantero sueco demostró que es un jugador que a sus 34 años aún no ha dicho su última palabra en el fútbol.

Sin el sufrimiento del Manchester City, que el sábado doblegó al Sunderland por la mínima con un autogol a última hora, pero tampoco con el protagonismo que sí tuvo el balón en los citizens, el United tuvo que esperar hasta el minuto 40 para ponerse en ventaja en el marcador. Un error defensivo de Francis lo aprovechó Mata, sorprendente titular, para reivindicarse ante un Mourinho que se dice que no cuenta con él y que ya lo cortó en el Chelsea..

Acelerando el ritmo de juego con una marcha más, los red devils se lanzaron a por la victoria tras el descanso cuando se vio la mejor versión del equipo de Mourinho. Ante un Bournemouth más atrevido, el United replicó sacando provecho de los espacios para asestar dos golpes mortales. Primero fue Rooney, aprovechándose de un remate fallido de Martial, y luego Ibrahimovic, con un disparo cruzado desde fuera del área, quienes sentenciaron.

Poco antes, el delantero sueco, que tuvo una brillante actuación, estuvo a punto de marcar con el lanzamiento de un libre directo que el portero Boruc desvió con problemas a córner.

Los cambios efectuados por Eddie Howe dieron mayor respuesta al Bournemouth, que en uno de sus chispazos sorprendió a la defensa del ManU para que Adam Smith marcara el tanto local. La reacción de los cherries no fue más allá aun cuando los mancunianos interpretaron los últimos minutos como los de la basura.