El Girona de Míchel iguala el techo en la élite

El equipo rojiblanco lleva 6 jornadas sin perder, tal como ya hizo en la temporada 2018-19

Acumula 2 triunfos y 4 empates, mientras que con Eusebio consiguió 3 triunfos y 3 empates

Girona - Rayo | El gol de Samu Sáiz

En el minuto 75 de encuentro, Samu Sáiz igualó a dos el Girona - Rayo desde el punto de penalti / LaLiga

Jordi Bofill

El Girona igualó la mejor racha en Primera de partidos sin perder, con seis, después de su empate contra el Espanyol (2-2). Antes, el conjunto de Míchel había puntuado contra el Osasuna, el Real Madrid, el doble triunfo ante el Athletic Club y el Elche, y el empate con el Rayo Vallecano en la reanudación de la Liga.

Esta dinámica iguala la lograda el curso 2018-19 con Eusebio Sacristán en el banquillo. Entonces hubo más victorias que ahora (tres a dos). Aquel Girona lo obtuvo en los partidos contra la Real Sociedad, Rayo Vallecano, Valencia, Leganés, Espanyol y Atlético de Madrid. Y si no hubiera sido por un penalti inventado en San Mamés, donde el Girona cayó en un descuento polémico, aquella dinámica se habría alargado como mínimo a siete partidos. Pero se quedó en seis, los mismos que lleva ahora el equipo de Míchel, que tiene un colchón de tres puntos respecto a los puestos de descenso y ocupa la duodécima posición. En el gran estreno del club rojiblanco en la máxima categoría, la temporada 2017-18, el conjunto de Machín llegó a estar un máximo de cinco partidos invicto: Deportivo (1-2), Madrid (2-1), Levante (1-2), Real Sociedad (1-1) y Betis (2-2).

La racha de Eusebio

La serie con Eusebio se fundamentó entre los meses de octubre y diciembre, cuando todo era paz y tranquilidad. Fue un buen arranque, aquel, e incluso se flirteó con la zona europea. Los seis partidos sin perder empezaron gracias a un empate en el campo de la Real Sociedad (0-0). A continuación, se sumaron seis puntos de seis en dos victorias contra el Rayo Vallecano (2-1, doblete de Portu) y en Mestalla (0-1, gol de Pere Pons y partidazo de Bounou a la portería). La siguiente jornada significó un empate a cero a Montilivi contra el Leganés y, unos días más tarde, el equipo se impuso en el derbi en Cornellà-El Prat (1-3, con un doblete de Stuani y un gol de Doumbia). El último partido de esta racha fue un 1-1 contra el Atlético de Madrid en el estadio, con un gol de penalti de Stuani, neutralizado cuando quedaban pocos minutos. Después apareció Prieto Iglesias en Bilbao y todo se estropeó.

La reacción con Míchel

El actual Girona sufrió una primera minicrisis importante de confianza, con cuatro derrotas en cinco partidos (una de durísima en Almería) y un empate en Montilivi con el Cádiz, pero se ha levantado de manera contundente. Míchel reaccionó, modificando el dibujo y haciendo entrar Gazzaniga en la portería, y los resultados le han dado la razón al técnico que, a excepción de la eliminación a la Copa del Rey, no ha vivido días malos desde entonces. Empezó empatando con Osasuna a Montilivi (1-1) y firmando la gesta de empatar en el Santiago Bernabéu, en un partido en el que mereció mucho más (1-1). De hecho, esta ha sido la tónica general, que la imagen y las sensaciones han sido tan buenas que tendría que haber acumulado todavía mejores resultados. Por fin, contra el Athletic Club, en una avalancha de juego y ocasiones, sumó los tres puntos (2-1), para marchar a la parada de la Liga con una nueva victoria, este golpe en el campo del colista, el Elche (1-2). Un triunfo de carácter, por cierto, remontando el marcador. En la reanudación de la competición dos empates contra el Rayo Vallecano y el Espanyol han permitido igualar la serie de seis partidos sin perder.

El Sevilla puerta buenos recuerdos

El sábado en Montilivi, el equipo de Míchel puede encadenar un récord sin precedentes en Primera: el hecho de permanecer siete jornadas invicto. No lo tendrá fácil, pero el Sevilla es un rival del cual se guarda un triunfo en la memoria. No sirvió para nada, porque el equipo de Eusebio no pudo mantener la categoría. Pero el gol de Portu y los tres puntos dieron esperanza a un equipo que en aquel momento no la tenía. De las diez últimas jornadas el Girona perdió nueve, enviando el gran trabajo que había hecho anteriormente por el precipicio. Ojalá no vuelva a pasar nunca más.