Joan Capdevila: "De Messi dirán lo que sea, pero conmigo se ha portado espectacular"

Joan Capdevila en rueda de prensa con el Espanyol

Joan Capdevila en rueda de prensa con el Espanyol / sport

Joan Trullols

«Mi única virtud es que he sabido siempre dónde está mi límite, al final el fútbol es inteligencia. Nunca me habrás visto hacer una bicicleta porque podía descarrilar y rotura de tibia y peroné. Si lo mío era cortar y dar, yo cortaba y daba. Como decía Luis de sí mismo: «Yo era malo, pero era listo de cojones».

El campeón del mundo y de Europa con la selección española, Joan Capdevila (Tárrega, 1978), ha repasado muchos aspectos y cuestiones de su triunfante carrera como futbolista profesional para la revista 'Jot Down'.

El ex de VillarealDeportivoEspanyol y Atlético, entre otros, que se retiró en 2017, en un ejercicio retrospectivo, ha recordado muchos momentos vividos durante su exitosa carrera y ha dado a conocer detalles sobre algunos asuntos que seguro que son desconocidos por muchos. 

El de Tárrega ha repasado su trayectoria como futbolista y ha revivido sensaciones de cuando era jugador. 

Una de estas sensaciones, no podía ser otra que la de ganar el Mundial. De ese día, el de la final, como curiosidad, destacó que momentos previos a la parada de Iker Casillas a Robben, él que iba justo por detrás, gritó "¡Kiricocho!".

"El segundo de PellegriniRubén Cousillas, cuando teníamos una ocasión en contra, decía «kiricocho», que es un mal fario para el rival. Se me quedó grabado. En esa jugada, a Piqué le pasó por debajo de la pierna, no sé por qué, pero el otro cuando arrancó la moto yo ya no llegaba. Solo me quedó correr a la desesperada y decirle «¡kiricocho!». Y va y la falla, tío. Rubén Cousillas tenía muchas manías, antes de cada partido se encerraba en los cagaderos y empezaba a rezarle a la Virgen…"

Sin embargo, hay otras que pueden resultar más llamativas para el lector. En relación a la rivalidad MessiCristiano Ronaldo, el catalán ha podido vivir, de primera mano, dos experiencias muy distintas en el trato con ambos. 

"Hace un par de años estuvo mi hijo ingresado en el hospital. Por Navidad, anunciaron que vendrían los jugadores del Barça a ver a los críos. Pensé que sería Rafinha y tal, pero no. Vinieron Messi y Luis Suárez. Cuando me vio Messi me dijo: «¡No me pidas nada hoy!» [risas]. Tengo tres camisetas de Messi, dos pantalones y unas botas. En cambio, a Cristiano Ronaldo le pedí las botas y no me las dio. En mi último año en el Espanyol le dije final del partido que me las diera de recuerdo y me dijo que no. Estaría de mal humor… solo acababa de marcar cinco goles, el Madrid ganó ese día 0-6 en Cornellá. Messi es al revés. Mi hijo pequeño, por desgracia, es del Barça, un día le pedí a Messi si le podía hacer una videollamada y se la hizo. Cuando le pasé el teléfono a mi hijo y vio que era Messi no sabes la ilusión que pudo hacerle eso. Se quedó… Mi hijo le pidió que metiese un gol y al día siguiente lo metió, al Athletic de Bilbao, de falta, y el chaval se pensaba que se lo había dedicado a él. Fue muy bonito. De Messi dirán lo que sea, pero conmigo se ha portado espectacular".

Con Ernesto Valverde también coincidió, lo tuvo de entrenador durante su etapa en Villareal, cuando Pellegrini hizo las maletas para entrenar al Madrid. Capdevila repasó su experiencia con ambos técnicos.

"Pellegrini, junto con Caparrós, ha sido el mejor entrenador que he tenido. Nunca se ponía nervioso. No le salió lo del Madrid, pero lo merecía. Con él no hice más que disfrutar del fútbol. No hacíamos tiquitaca como el Barça, pero sí minitiquitaca. Íbamos con jugones de verdad, Cazorla, Senna, Cani, Rossi, Nilmar, Borja Valero… Un Barça en miniatura. Luego llegó Valverde y quiso cambiar un poco el dibujo a un 4-4-2 más defensivo y nosotros no lo pillamos. La culpa es siempre a medias, pero creo que fue más nuestra. No asimilamos lo que nos pedía. Cuando se marchó fue muy emotivo porque le queríamos mucho y nos sentíamos culpables de no darle lo que pedía. Pero eran cosas que no podíamos hacer, que los extremos bajasen a defender, a Pirés lo mataba… Pellegrini en cambio era: «Si nos meten uno, tranquilos, ya meteremos dos». Ahora en el Barça si Valverde pone un 4-4-2 lo matan".

Esa etapa en el Villareal la considera la mejor de su carrera en cuanto a rendimiento deportivo y plenitud futbolística.

"Tuve varias ofertas. El más importante fue el Betis, el Levante me mareó también un poco, pero me fui con el Villarreal porque estaban en Europa y competían. Acerté. Conseguí ahí la plenitud futbolística. Si fui al Mundial con 33 años fue gracias al Villarreal, si me hubiera ido al Levante, que ese año bajó a segunda, no lo habría logrado. En Coruña sembré y recogí en Villarreal, donde logramos el mejor puesto de la historia, segundos, y salimos con el autobús como si hubiéramos ganado. Lo que ha hecho Roig es espectacular. Igual que en Coruña, que su realidad era estar en primera, mantenerse, y eso la gente no lo veía porque venía de unos años buenísimos".

Aunque nunca jugó en el Barça o el Madrid, Capdevila reconoce que cuando se ponía la camiseta de la selección española le surgía una sensación de pertenencia por la forma en que jugaba el equipo. 

"Natural, de la calidad que había. Con esos jugadores va surgiendo. Igual que el Barça lo hace porque tiene calidad para hacerlo, no porque pueda llegar cualquiera y decir «hoy voy a jugar al tiquitaca». Yo cuando jugaba con España me sentía como si fuera del Barça o del Madrid, pensaba en cómo se tenían que sentir ellos con su 70 % de posesión en cada partido. Acababa y estaba fresco, porque con balón te diviertes. Después de cada partido podría haber jugado otro".

Como curiosidad, reveló una anécdota de Sergio Ramos con Luis Aragonés.

"Le sacaron unas fotos en el pueblo donde estábamos, en Neustift, donde solo había un bar y él había bajado a tomar una copa con su hermano. Eso lo publicaron como que se había ido de fiesta, cosa que era imposible en ese pueblo, no había más que dos bares. Luis Aragonés le llegó con el periódico en la mano y le dijo: «Usted es tonto, ¡usted es tonto! ¿No ve que quieren desestabilizar? Yo sé que no estuvo de fiesta, pero el próximo día si quiere tomar algo le dejo yo una peluca». Nos metían mierda por todos los lados".