San Marino, ante su oportunidad más histórica de ganar

El mundo del fútbol puede tener motivos para volver a sonreír desde esta misma noche. En un miércoles cualquiera donde el parón de selecciones ha cesado la actividad de los clubes, la peor selección del mundo está ante su oportunidad más histórica para conseguir ganar un partido. San Marino se cita con su propia leyenda en un partido de altos vuelos contra San Cristóbal y Nieves. La fiesta del fútbol ha llegado.

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En este pequeño microestado montañoso situado en la zona norte central de Italia, este miércoles puede ser ese día que llevan esperando toda su vida. Una fecha esperada por las cerca de 33.745 personas que conforman este país, una jornada donde pueden dar un golpe sobre la mesa para mirar con orgullo al resto del mundo.

Muchos dirán que San Marino es la peor selección del mundo, que es la peor clasificada en el ránking de la FIFA donde combinados como Guam, Islas Vírgenes, Anguila, Macao o Nepal tienen mejor coeficiente que los sanmarinenses. Sin embargo, delante tienen a un rival que podría ser accesibles como pocos: San Cristóbal y Nieves. Este insular país del Caribe podría ser la segunda víctima de San Marino en su historia, su segunda victoria en 202 partidos donde han podido sumar la increíble cifra de ocho empates hasta la fecha.

San Cristóbal y Nieves podría ser ahora la Liechtenstein de 2004, el único equipo que San Marino ha conseguido vencer. Es una oportunidad histórica cuando se cumplen 20 años de la primera -también única- victoria del combinado sanmarinense en su historia. El equipo de Roberto Cevoli, acostumbrado a pelear por aguantar al máximo el 0-0, está esperanzado como nunca ante su gran día para romper su propia historia. El destino parece encaminado a que así suceda, incluso las casas de apuestas coinciden en dar favoritismo a San Marino contra todo pronóstico.

En España, los aficionados que deseen ser partícipes de un acontecimiento histórico como pocos lo podrán hacer a partir de las 20:45 (hora peninsular). Más complicado será poder seguir el encuentro en directo, un partido donde no habrá motivos para no creer en una gesta histórica como pocas. Que ruede el balón.