Ansu Fati, una liebre anda suelta

Así juega Ansu Fati

Así juega Ansu Fati / sport

Albert Rogé

Albert Rogé

Rápido. Desequilibrante. Imprevisible. Dinámico. Ágil. Características que definen a la perfección a Ansu Fati, delantero del Juvenil A del Fútbol Club Barcelona y uno de los elegidos de la Masia para triunfar en el primer equipo. Su historia da para muchos capítulos y lo mejor es que los mejores aún están por venir.

Nacido en Guinea Bissau, la vida de Ansu cambió a los tres años. Sus padres decidieron viajar a España y se instalaron en Herrera, de la provincia de Sevilla. De pequeño ya se le veían facultades para esto del fútbol y no había mejor sitio para su crecimiento que la Escuela Peloteros Sierra Sur. De allí han salido jugadores que ya están triunfando en el mundo del fútbol y tienen en Ansu uno de los nombres marcados en rojo de cara al futuro más próximo. Allí no estaba solo. Su hermano mayor Braima le acompañaba. Los dos brillaban y eso llamó la atención del Sevilla. Pero apareció el Barcelona. Y se los llevó a los dos. Esa marcha provocó un gran revuelo con palabras de José María del Nido, el que fuera presidente del Sevilla en 2012, criticando las formas del conjunto azulgrana. En Sevilla ya eran conscientes que con los años se acordarían de esas salidas.

La progresión de Ansu era tan grande que el Barça decidió que jugara directamente con el Alevín A, una generación mayor a la suya. Allí cumplió las expectativas y ya siguió jugando con los Eric García, Adrià Bernabé y compañía. Su progresión era meteórica pero se topó con dos obstáculos que no pudo evitar. El primero fue la famosa sanción FIFA, dónde Ansu fue uno de los perjudicados durante unos meses. El segundo una gravísima lesión.

El 13 de diciembre de 2015 Fati se disponía a jugar el derbi ante el Espanyol con el Infantil A. No era habitual que él disputase partidos con ese equipo ya que esa temporada la estaba jugando en el Cadete B. Sin embargo, bajó por la trascendencia del encuentro. En una acción de la primera parte, el jugador de Guinea-Bissau cogió un balón en el centro del campo y puso la directa hacia portería. Su acción quedó interrumpida por una dura entrada de un jugador del Espanyol. Desde el primer momento se temió lo peor. Una ambulancia tuvo que entrar en la Ciudad Deportiva y más tarde se confirmaba que tenía rota la tibia y el peroné de su pierna derecha. Fue un palo terrible. Ansu se quedaba sin jugar a fútbol. Sin embargo, bien asesorado por su entorno, supo tomárselo de forma positiva y volvió mucho más fuerte. 

Otra de las anécdotas surrealistas que ha vivido Ansu ocurrió cuando tenía 14 años. En el Barça querían que jugara con el Juvenil B pero una normativa no le dejaba. En la Nacional Juvenil solo pueden jugar jugadores con 15 años o más. Al cumplirlos subió y fue el mejor. Ahora, con solo 16, es el jugador más determinante del Juvenil A. Su renovación es la gran prioridad en los despachos y este verano realizará la pretemporada con el Barça B. Si aún no lo conocen, tienen deberes. No les decepcionará.