El Espanyol busca la regularidad perdida

La plantilla quiere regalar una alegría a la afición

La plantilla quiere regalar una alegría a la afición / EFE

Jonathan Moreno

No hay tiempo para lamentaciones. Balaídos es pasado. Quedarse anclado en Vigo sería un error mayúsculo para un equipo que necesita mover página cuanto antes. Eso sí, hay que analizar a conciencia lo sucedido para no cometer de nuevo los mismos fallos. El gol de Santi Mina es inamovible y duele como una daga clavada en el pecho. Especialmente por cómo se produjo y en el momento de partido. Pero el equipo, como viene siendo costumbre en las últimas semanas, mejoró sus prestaciones en la segunda mitad. Una faceta a trabajar. El objetivo es encontrar la regularidad durante los noventa minutos

El inicio fue tibio, plano, sin espíritu. El Celta dominó y perdonó. La ‘galleguina’ en vestuarios funcionó. El de Súria inyectó coraje a sus tropas. Mucho más intenso el Espanyol, personificado en la figura de Jonathan Calleri. El bonaerense estuvo activo, incisivo y de sus botas salió el gol de Adrià Pedrosa. Sólo un despiste privó de los tres puntos, que hubieran sido un bálsamo tremendo. 

A puntuar en casa

Se da la casualidad que el cuadro blanquiazul rinde mejor lejos de Cornellà en este tramo inicial de temporada. Cinco de nueve y un juego que, sin llegar a enamorar, es cuanto menos efectivo. Para muestra, Ipurua. 

Sin embargo, en el nido perico las cosas son bien distintas. Los nueve puntos en liza han volado y la afición empieza a desesperarse, sobre todo por la imagen paupérrima ofrecida ante Sevilla, Granada y Real Sociedad.

El parón por selecciones está a la vuelta de la esquina. Una semana sin fútbol de clubes que puede remover aún más las aguas de seguir esta dinámica. En manos de los jugadores y cuerpo técnico está la tranquilidad. Sumar seis puntos ante Valladolid y Mallorca permitiría afrontar el futuro con mucho más sosiego. El RCDE Stadium espera de una vez por todas celebrar un triunfo de los suyos. Sergio González espera.