La torre iraní de 2,46 metros que juega a voleibol

Morteza Mehrzad es una de las sensaciones de los Juegos Paralímpicos de Río. Y no es para menos. Con sus 2,46 metros de altura le cuesta pasar desapercibido, incluso en los partidos de voley donde se juegan sentados en el suelo. Ya en la ceromonia inaugural fue imposible no fijarse en él.

El jugador iraní, nacido en 1987, no solo es el atleta más alto de los Juegos y el más alto de su país si no una de las cinco personas más altas del mundo. Ya de adolescente se le diagnoticó acromegalia, una afección que produce en exceso la hormona de crecimiento.

A los 16 años ya medía 1,90 metros pero sufrió una caída en bicicleta lesionándose la pelvis. A partir de ese momento su pierna derecha dejó de crecer y es, aproximadamente, unos 15 centímetros más corta que la izquierda y de ahí su discapacidad pues le dificulta el andar.

Mehrzad se inició en el voley hace cinco años después que el seleccionador nacional lo viera en la televisión y delucidara su potencial. Superando con creces la altura de la red, el iraní es la pieza clave de su equipo con el que logró la plata en Londres 2012.