Gales, 15 - Irlanda, 17

Irlanda conquista la Triple Corona, el Seis Naciones y el Grand Slam

<bR><bR><a href=http://ad.es.doubleclick.net/clk;212004559;33439697;l?http://abonate.plus.es/index.php?utm_campaign=6naciones_rugby_mc&utm_source=sport_sec_masdeporte&utm_medium=texlink&utm_term=tlanding&l=especial_rugby target=_blank><b>Seis Naciones 2009, sólo en Digital+</b></a><IMG SRC=http://ad.es.doubleclick.net/ad/N884.zetadigital.es/B3443576;sz=1x1;ord=[timestamp]? BORDER=0 WIDTH=1 HEIGHT=1 BORDERCOLOR=white>

Agencias

Después de 61 años, Irlanda se alzó con la Triple Corona, el 6 Naciones y el Grand Slam y lo hizo tras derrotar a Gales en Cardiff, por 15-17, en un partido en la que la generación de oro del rugby "verde" saldó muchas cuentas pendientes.

Después del catastrófico mundial pasado y las repetidas decepciones en el Seis Naciones, parecía que el talento de los O'Gara, Hayes, O'Driscoll, O'Connell, Stringer y compañía pasaría a la historia como el más desaprovechado.

Su entrenador, Declan Kidney, ha sabido mezclar a los veteranos con una nueva línea de jugadores jóvenes, a los que tampoco les tembló el pulso a la hora de la verdad, frente al actual campeón, en el Estadio del Milenio, en un ambiente hostil.

Aunque Gales sólo podía optar a ganar el Seis Naciones, siempre que derrotase a los visitantes por más de 13 puntos, el "placer" de negar al XV del Trébol del Grand Slam estaba en el ambiente.

Así, una cínica zancadilla de Ryan Jones sobre O'Gara, y la consiguiente refriega, marcó el tono bronco de los primeros minutos, tal y como esperaba el técnico local, Warren Gatland, quien durante la semana se encargó de calentar el encuentro recordando el "especial odio" que sienten sus pupilos hacia los jugadores irlandeses.

Hasta en cuatro ocasiones se enzarzaron unos y otros, pero lejos de destrozar los nervios de los visitantes, el XV del Trébol se hacía con la posesión del oval en terreno enemigo, aunque ésta no se reflejase en el marcador.

Eso sí, los verdes anulaban de esta manera el veloz juego de apoyo y transmisión que caracteriza al XV del Dragón, con los riñones de su delantera, todo de acuerdo con el plan de juego diseñado en la pizarra del entrenador irlandés.

Pero, como dicen en estas islas, el demonio está en el detalle o, en este caso, en las botas de Stephen Jones, quien con dos golpes de castigo llevó su equipo al descanso con seis puntos de ventaja.

La Irlanda de este torneo acostumbra a subir un peldaño su juego en las segundas mitades, cuando han aparecido las mejores versiones de sus jugadores más emblemáticos, como este sábado en las figuras de O'Gara, O'Driscoll -hombre del partido- y O'Connell, inmenso en los saques de banda y los "pick and go".

Fruto del empuje y liderazgo de O'Connell, capitán del "pack", llegó el primer ensayo de los verdes por medio de O'Driscoll y, de una patada al espacio de O'Gara, el segundo de Bowe, ala, por cierto, del equipo galés Ospreys.

Si los fogonazos de dragón de otro diablo rojo, Shane Williams, metía el miedo en el cuerpo a Irlanda, el guante que lleva en la bota Jones no sólo mantenía a Gales en el partido sino que, a cinco minutos del final, robaba la delantera a los verdes con un oportuno drop.

O'Gara devolvió la ventaja a los suyos con una respuesta tan llena de precisión como de frialdad, con otro drop gol que parecía cerrar el encuentro.

Final de infarto y error de la delantera irlandesa, que concedía a Jones, ya con el tiempo cumplido, la oportunidad de negar al XV del Trébol el Grand Slam 61 años después.

Pero, después de un partido impecable, al medio apertura le fallaron las piernas, los irlandeses aguantaban la respiración y veían cómo el oval se quedaba corto.

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