Hacienda investiga una cuenta de los directivos del Barça

Solo 6 meses después del ingreso de la compañía estadounidense ISL en la cuenta donde se pagaban los gastos del aval de la junta azulgrana, el Barcelona le otorgó la organización de dos partidos amistosos

La junta directiva del Fútbol Club Barcelona.

La junta directiva del Fútbol Club Barcelona. / FCB

Toni Frieros

ISL Futbol Limited Liability Company, empresa estadounidense de marketing deportivo con sede fiscal en Charlotte (Carolina de Norte) y oficina central en Miami (Florida), ingresó 350.000 euros (401.135 dólares) en una cuenta del Banc Sabadell el 22 de noviembre de 2021 y que está a nombre de Joan Laporta, presidente del Fútbol Club Barcelona, y de todos los miembros de su junta directiva: Rafael Yuste, Antonio Escudero, Elena Fort, Juli Guiu, los dimitidos Eduard Romeu y Jordi Llauradó, Josep Cubells, Ferran Olivé, Josep Maria Albert, Xavier Barbany, Miquel Camps, Alfons Castro, Josep Ignasi Macià, Aureli Mas, Xavier Puig, Àngel Riudalbas, Joan Solé y Joan Soler.

También a nombre de Francesc Pujol, un empresario de Lleida que pagó la campaña electoral y que avaló la candidatura de Laporta a la presidencia del FC Barcelona y en el último suspiro no pudo entrar como directivo al comprobarse que no cumplía con el requisito estatutario de tener un mínimo de cinco años de antigüedad como socio.

Pago hecho por ISL a la cuenta de directivos del Barça a través de Bank of America.

Pago hecho por ISL a la cuenta de directivos del Barça a través de Bank of America. / EPC

Dicha cuenta corriente solidaria fue abierta el 15 de marzo de 2021, solo dos días antes de que Joan Laporta tomara posesión oficial de su cargo como presidente del FC Barcelona. Un día después, esa cuenta recibió dos ingresos: uno de 750.000 euros procedentes de JBM Investments 2014 SL, propiedad del empresario israelí Morris MosheBenisty, y otro de 700.000 euros de Capital Planet SL, cuyo administrador único es Xavier Laporta, hermano del presidente del FC Barcelona. Gracias a esa fuerte inyección de efectivo fue posible que los directivos azulgranas pudieran hacer frente al primer pago de las comisiones y gastos del aval, que ascendieron a cerca de 900.000 euros y que fueron abonados días más tarde.

De madrugada

El único y exclusivo objetivo de esa cuenta corriente era satisfacer al Banco Sabadell los intereses devengados del coste del aval suscrito por Laporta y los miembros de su junta directiva, que se formalizó en la madrugada del 17 de marzo en la notaría Ariel Sultán Benguigui, en el número 550 de la Diagonal de Barcelona. Dicho aval ascendió a un total de 124.651.950 euros y fue el que se presentó posteriormente ante la Liga de Fútbol Profesional (LFP), cumpliéndose así lo que entonces obligaba la Ley del Deporte, una garantía bancaria del 15% del presupuesto de gastos de la temporada en curso, en este caso, la 2020-2021.

El interés aplicado por el Banc de Sabadell por esos 124,6 millones de euros fue alrededor del 2% anual, lo que arrojaba una media de 124.000 euros por directivo. El aval se formalizó y se presentó horas antes de que expirara el plazo reglamentario, ese mismo día 17 de marzo antes de las 21.00 horas. Es decir, hubo un riesgo latente de que se repitieran las elecciones a la presidencia.

De hecho, algunos juristas dudan sobre la legalidad de esa toma de posesión, ya que más de la mitad del dinero que se aportó como aval llegó a través de personas que no formaron parte de la candidatura ni eran miembros de la junta. Por ejemplo, Jaume Roures, a través de su empresa Orpheus Media SL, garantizó 30 millones de euros al Banc de Sabadell con una póliza y José Elías avaló 40 millones más. Según esas mismas opiniones, las elecciones se hubieran podido repetir de haberlas impugnado alguno de los dos contrincantes electorales de Laporta en los comicios de 2021, Víctor Font y Toni Freixa.

Es 'vox populi' en el seno del FC Barcelona que la gestión de esa cuenta y del pago de los intereses del aval ha generado muchísimo malestar y controversia entre los directivos. De hecho, ha sido uno de los poquísimos temas que han provocado serias discrepancias en las juntas directivas. El primero en mostrar su enfado fue el propio presidente Joan Laporta, cansado de ir detrás de algunos de sus compañeros de junta para que hicieran frente al pago de los gastos. Laporta designó al directivo Ferran Olivé, tesorero del club y de ‘facto’ CEO de la entidad desde la salida de Ferran Reverter, para que gestionara esa cuenta corriente y se coordinara con sus compañeros de junta para que cumplieran con sus obligaciones. 

En la actualidad, y a pesar de haber desaparecido la obligación de avalar después de la modificación de la Ley del Deporte del 10 de enero de 203 (queda sujeto a lo que decidan los socios de los clubs que no son SAD), la Agencia Tributaria ha iniciado un proceso de investigación de este aval. Entre otras cuestiones, Hacienda quiere saber la identidad de todas las personas que avalaron y el importe que aportaron. El empresario José Elías, que fue quien más avaló, ya ha acudido a Hacienda a dar su testimonio.

Licenciataria del Barça

En el momento de realizar ISL Futbol LLC esa transferencia de 350.000 euros, dicha empresa estadounidense era licenciataria del FC Barcelona. ISL, así como ISL Agency, vienen trabajando con el club azulgrana desde 2015, ya bajo la presidencia de Josep Maria Bartomeu. Ese año, ISL abrió las primeras escuelas y campus del FC Barcelona en Estados Unidos, concretamente en Raleigh, Charlotte, Richmond, Cincinnati y Louisville. Desde entonces, y también con la llegada a la presidencia de Joan Laporta, su negocio no ha dejado de crecer. En la actualidad, ISL cuenta con escuelas en Charlotte, Austin, Northern Virginia, San Diego, Chicago, Columbus, en EEUU, y la de San José en Costa Rica. Además, cada verano organiza el llamado ‘soccer camp’ en numerosas ciudades del país norteamericano. En el último verano de 2023, en 35 emplazamientos diferentes.

Solo seis meses después de ese ingreso de 350.000 euros, en mayo de 2022, el FC Barcelona anunció de forma oficial que ISL LLC sería la empresa encargada de organizar dos partidos amistosos del primer equipo azulgrana en Estados Unidos ese verano. ISL fue responsable de una parte de la gira azulgrana, concretamente de dos encuentros; el primero, el 19 de julio ante el Inter Miami en el DRV PNK Stadium y el segundo, el 30 de ese mismo mes, frente al New York Red Bulls en su estadio. Ese verano el Barça disputó dos encuentros más en Estados Unidos, midiéndose al Real Madrid en Las Vegas el día 24 y a la Juventus en Dallas el día 27, si bien esos dos amistosos los organizó otra empresa estadounidense.

Al frente de ISL LLC y ISL Agency están dos jóvenes empresarios catalanes, Álex Isern (cofundador y CEO) y Marc Segarra (Managing Partner), que empezaron desde cero en Estados Unidos con las escuelas del FC Barcelona y hoy gestionan una próspera empresa. No solamente dirigen escuelas de fútbol, también organizan campus, giras y partidos amistosos, han abierto una oficina de representación de jugadores y son especialistas en patrocinios. Además, están presentes en Barcelona con una oficina ubicada en Passeig de Gràcia.

Jordi Alba, Marc Segarra y Álex Isern (ambos de ISL), y Sergi Roberto, en la gira estadounidense del Barça en julio de 2022.

Jordi Alba, Marc Segarra y Álex Isern (ambos de ISL), y Sergi Roberto, en la gira estadounidense del Barça en julio de 2022. / ISL

EL PERIÓDICO, del mismo grupo editorial, ha podido contactar con los representantes de ISL y admiten que esos 350.000 euros fueron «un préstamo», al mismo tiempo que quieren recalcar que la organización de esos dos partidos amistosos no fue ninguna contraprestación y sí el resultado de su arduo trabajo de todos estos años en Estados Unidos y del amplio conocimiento del mercado de ese país, de ahí que desvinculen una cosa de la otra.

A este medio le consta también que el FC Barcelona, mejor dicho los directivos de la entidad azulgrana, no han devuelto todavía esos 350.000 euros a la empresa ISL en todo el tiempo que lleva abierta la cuenta corriente, algo más de tres años, algo que sí han hecho, por ejemplo, con el hermano de Joan Laporta.