Caídas y sorpresas marcan la París-Roubaix, la carrera de la reivindicación femenina

La ciclista canadiense Alison Jackson gana contra todo pronóstico la tercera edición de la carrera francesa como la más rápida de una fuga que resistió a las favoritas

Hace dos años las mujeres solo lograron 1.500 euros por la victoria frente a los 30.000 que se embolsaba el triunfador masculino

Alison Jackson se impuso al esprint

Alison Jackson se impuso al esprint

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

La París-Roubaix, como en tantas otras cosas, es un ‘monumento’ no solo al ciclismo sino a la reivindicación femenina, la prueba que puso en auge a las mujeres corredoras y la carrera que abrió el camino y acabó por decidir a los organizadores del Tour para que ellas también luchasen por el jersey amarillo, en una primera edición de la ronda francesa que fue un éxito y que este año las llevará a decidir la victoria en la cumbre del Tourmalet.

Hace dos años la británica Lizzie Deignan inauguró el palmarés femenino en el ‘Infierno del Norte’. Ganó en prestigio, marcó la ruta a seguir entre adoquines y barro, pero, la verdad, obtuvo poca recompensa para luego relajarse viendo por internet como aumentaba su cuenta bancaria. Apenas 1.500 euros obtuvo por la victoria. Las mujeres ciclistas levantaron la mano y protestaron. ¿Acaso ellas no habían sufrido enfrentadas a las piedras de la Roubaix en una edición salvaje, con barrio y frío? Sonny Colbrelli, el ciclista al que se le paró el corazón en la Volta de 2022, ganó al día siguiente la edición masculina y consiguió una recompensa interesante; 30.000 euros; sin duda, una diferencia excesiva entre sexos a la hora de pedalear.

A partir de aquí, todas las carreras ciclistas femeninas aumentaron premios para igualar o al menos acercar las recompensas por victoria a las que obtenían los corredores masculinos. En 2021, en una edición que se disputó en octubre, en vez de abril, por las restricciones que hubo en Francia durante la primavera de aquel año a causa del coronavirus, comenzó una nueva fase femenina después de que los registros de audiencia televisiva en Francia fueran excepcionales en lo que hizo referencia al seguimiento de la carrera femenina. 

El impacto mediático sirvió como lanzamiento del Tour y para que buena parte de los mejores equipos masculinos se decidieran en incorporar a mujeres a sus filas; un antes y un después, en una París-Roubaix femenina que ocupa el día previo a la llegada de los hombres; este domingo, otra vez con el eterno e inagotable duelo entre Mathieu van der Poel y Wout van Aert, este último con algún problema físico, a raíz de su caída en el Tour de Flandes.

La tercera edición de la carrera del infierno de los adoquines fue más sufrida para las mujeres que la que se encontrarán este domingo los hombres, ya que el terreno estará más seco, con menos barro y sobre todo con los adoquines menos resbaladizos a como estaban este sábado por culpa de las lluvias de los días previos.

Hubo sobre todo una caída que fue determinante para la victoria de la canadiense Alison Jackson. Las favoritas tenían controlada la fuga cuando un resbalón provocó un accidente masivo. Todas se fueron al suelo y la escapada cobró fe y esperanza de victoria. Ya no hubo tiempo para la captura y la corredora canadiense del EF consiguió a los 34 años el triunfo más importante de su carrera deportiva y sobre todo la recompensa de 20.000 euros, todavía lejos de los 30.000 que ingresará el vencedor masculino este domingo pero al menos una cantidad económica alejada de los irrisorios 1.500 euros que se entregaron hace solo dos años.