El Nápoles sale vencedor de la locura goleadora ante la Fiorentina

Lluvia de goes y partido de locos en el Artemio Franchi

Lluvia de goes y partido de locos en el Artemio Franchi / AFP

Sergi Montes

El Nápoles de Carlo Ancelotti empezó con buen pie su misión de arrebatarle el noveno Scudetto seguido a la Juventus. Los partenopeos sudaron la gota gorda para vencer por 3-4 a la Fiorentina. Un encuentro destartalado en la segunda mitad que se decantó a favor de los napolitanos gracias a los goles de Mertens, Callejón y el doblete de Insigne.

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Serie A

3
4
Alineaciones
Fiorentina
Dragowski; Lirola, Venuti, Pezzella, Milenkovic; Castrovili, Badelj (Benassi, 73'), Pulgar; Sotill (Ribéry, 78'), Vlahovic (Kevin Prince Boateng, 60') y Chiesa.
Nápoles
Meret; Di Lorenzo, Manolas, Koulibaly, Rui (Ghoulam, 71'); Allan (Elmas, 71'), Zielinski, Callejón, Fabián Ruiz; Insigne y Mertens (Hysaj, 84').

Arranque de lo más sorprendente en el Artemio Franchi. Después de varios minutos de espera, el VAR dictaminó penalti en unas manos de Zielinski que pasaron desapercibidas. Una acción que hasta ahora no se castigaba pero con la normativa vigente sí debe señalarse pena máxima. Pulgar no desaprovechó el regalo para adelantar a los violas.

Con el 1-0 se formó un atasco monumental en la medular, jugando ambos a cara de perro y sin dar dos pases seguidos. El duelo era muy duro, con el equipo de la Campania llevándose la peor parte al cargarse de amarillas y sin poder dar fluidez al juego. 14 faltas en 24 minutos así lo atestiguaban.

Los de Ancelotti mejoraron el tono con el paso de los minutos y Koulibaly, en un córner, puso el miedo en el cuerpo a la Fiore con un zurriagazo que se marchó alto. Las imprecisiones no obstante eran la constante y los errores se iban sucediendo en cualquier parte del campo. Pero cuando el juego no llega, un destello de calidad, en este caso de Mertens, siempre puede solucionar un desaguisado. El pequeño genio belga se sacó de la chistera un golazo por la escuadra con un tiro desde la frontal que no supo desviar Dragowski.

El Nápoles pasó de tener un nudo en la garganta a darle la vuelta al partido en apenas dos minutos. A renglón seguido de su zurriagazo, Mertens provocó un penalti que Insigne transformó en el 1-2. Máxima eficacia en los once de Ancelotti.

Segunda parte de locos

Pero tan rápido se dirigía el encuentro hacia un bando como a otro. Milenkovic, a la salida de un córner, estableció el 2-2 con la colaboración de un Meret que se tragó el testarazo. Con Chiesa copando el protagonismo, los hombres de Montella tuvieron la sensación de retomar el control pero nada más lejos de la realidad. Del posible 3-2 se pasó al 2-3 con un soberbio disparo raso y cruzado de Callejón.

Sin transiciones, el partido estaba totalmente roto, abierto a cualquier cosa. Insigne ajustó su derechazo a la base del palo, pero Dragowski repelió a tiempo. Sottil, en una gran cabalgada, rozó el 3-3. Y, casualidades, fue un ya “ilustre” ex barcelonista como Kevin Prince Boateng quien equilibró el resultado con un lanzamiento desde la frontal.

Debut de Boateng y Ribéry

El centro del campo era un descampado que estaba permitiendo un auténtico espectáculo en ataque, ídem pero deplorable en defensa. Un centro de lado a lado de Mertens se lo devolvió Callejón a Insigne para que en bandeja anotara el 3-4. Locura total en el Artemio Franchi.

Con el equipo viola cansado y tocado por el 3-4, Montella se jugó su última bala con la entrada de Franck Ribéry. No le salió como esperaba, el juego languideció y solo una posible pena máxima sobre el ex del Bayern, en la misma línea de la frontal pero ni siquiera señalada, puso en entredicho la bolsa de tres puntos del Nápoles.