Ibrahimovic redebuta en el Milan con 'roscón'

Zlatan disputó sus primeros minutos con la elástica milanista

Zlatan disputó sus primeros minutos con la elástica milanista / AFP

Jonathan Moreno

Sin que se cumpla una semana de su llegada a la capital lombarda, Zlatan Ibrahimovic sudó la elástica milanista en el empate a cero ante la Sampdoria. Así de desesperado está un histórico con 7 Copas de Europa. Necesitados de ilusión, transitando por la zona de nadie y mirando de reojo al descenso. El Milan se aferra a un delantero de 38 años, con más pasado que presente. No parece una planificación deportiva ambiciosa.

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Serie A

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Alineaciones
Milan
Donnarumma; Calabria, Musacchio, Romagnoli, Theo; Krunic (Paquetá, 85'), Bennacer, Bonaventura (Leao, 56'); Suso, Piatek (Ibrahimovic, 55'), Çalhanoglu.
Sampdoria
Audero; Bereszynski, Chabot, Colley, Murru; Thorsby, Vieira, Ramírez (Depaoli, 30') (Jankto, 42'), Linetty; Gabbiadini, Quagliarella (Ekdal, 86').

Decepción en la hinchada ‘rossonera’ que acudió a San Siro. El estreno del hijo pródigo debía esperar. Piatek aguantó en el once titular de Stefano Pioli, acompañado por Suso y Çalhanoglu en vanguardia. La propuesta fue la de siempre. Anodina, encorsetada, previsible. Claudio Ranieri leyó el partido como sólo él sabe hacer y preparó un cerrojazo antológico al Milan. Eso sí, también fútbol directo y vertical marca de la casa. Pitos y más pitos de una afición que sólo rugió con algún caracoleo de Suso y en el minuto 40, cuando Ibra empezó a calentar y a repartir cariño.

Respiración contenida cuando Jankto la empujó a la red en el añadido. Partía en fuera de juego. A la Sampdoria no le salió una a derechas. Doble lesión y gol anulado.  

Susto y estreno

Entre Donnarumma y Theo salvaron un tanto cantado de Gabbiadini en la reanudación. Pioli no aguardó más. Ibrahimovic, al campo. Se rompió en dos el duelo. Gabbiadini no aprovechó un error de Calabria. Impreciso el delantero de los genoveses.

No le valió a los lombardos con el efecto revulsivo del sueco. Tuvo dos el gigante de Malmö, ambas de cabeza y ambas murieron en los guantes de Audero. Leao le metió algo más de profundidad por banda izquierda. Este Milan necesita un milagro. Y la Navidad ya ha echado, afortunadamente, la persiana.