ALEMANIA

La fantástica aventura de Sergi Arimany en Alemania

De marcar goles en Tercera División a buscar una oportunidad entre Austria y Alemania. El viaje futbolístico de Sergi Arimany empezó el pasado mes de junio, en una boda, y sigue su curso hoy en Cottbus

Sergi Arimany afronta su primera temporada en Alemania

Sergi Arimany afronta su primera temporada en Alemania / sport

juanma romero (Augsburgo)

Acaba el partido en Aalen y a los jugadores del Energie Cottbus se les unen los suplentes y el staff técnico. Hay que ir a agradecer el apoyo a los 70 aficionados que han recorrido casi 600 km. por carretera. A pesar del frío y la lluvia, y la derrota por 3-0, el apoyo ha sido constante, proporcional a los reproches que recibirán los jugadores. “Tienen que hacerlo”,  comenta Marian Schaumkessel, narrador de Energiefm, radio online de aficionados que acompaña al equipo en cada desplazamiento. “Así es el fútbol alemán”, dice. Es la Tercera división alemana pero comprendo por qué Sergi Arimany no dudó en continuar aquí su aventura.

CAMBIO RADICAL

CAMBIO RADICAL

“La diferencia es brutal. No hace ni un año estaba jugando, con todos los respetos, en el campo del Cerdanyola, del Santfeliuenc, campos de hierba artificial como el del Manlleu o en casa mismo, en Palamós, donde había 300, 400 personas y aquí llevo cuatro partidos y ya he jugado ante 15.000. El cambio es radical y es lo que buscaba”, explica Sergi tras el partido. Dicho cambio, que transcurre entre Austria y Alemania en apenas ocho meses, le ha servido a este futbolista catalán para superarse a sí mismo. “Sentía que tenía que hacerlo. Siempre decía que quería salir y si era con el fútbol mucho mejor. Quería ver dónde estaba mi límite futbolístico. Llevaba dos años metiendo goles en Tercera pero quería agarrarme a lo que fuera y donde fuera para ser profesional”, aclara con sinceridad.

DE OLOT AL MUNDO

DE OLOT AL MUNDO

Sergi Arimany Pruenca nació en Olot hace 26 años. El mismo día, cosas del destino, que el de la fundación del Energie Cottbus, el 31 de enero. “Debuté justamente ese día y después del partido celebraron los 50 años en una fiesta ante 400 invitados. Me hicieron subir al escenario y todo. Fue muy curioso”, recuerda Arimany. Pero su historia, como la de muchos otros emigrantes, con balón o sin él, no ha sido nada fácil. “Cuando lo dejas todo, coges una maleta y te vas a probar en un tercera de Austria, acabas metiendo goles en un segunda y terminas en Alemania, la gente puede decir que ha sido suerte, pero mi día a día no lo conoce nadie. La gente sólo ve lo que sale en los periódicos pero mi medio año sólo lo sé yo”. Un día a día que tuvo su punto de partida el pasado 20 de junio, cuando recibió una llamada que le llevaría a Austria. Primero, haciendo una prueba en un tercera y, tras marcar dos goles en un amistoso, a un equipo de segunda división.

“Me fui con la maleta de una semana de prueba a un segunda. Lo hice bien,  pero tenían miedo porque venía de la tercera española. El manager insistió y firmé por dos años. Y con esa maleta de una semana me quedé dos meses y medio más. En cuatro partidos ya llevaba cuatro goles en segunda”.

VALENTÍA

VALENTÍA

El bagaje de Arimany en el Kapfenberger SV, equipo que apostó por él, fue muy positivo: 10 goles en 20 partidos. Fruto de ello, varios clubes de primera, como el Sturm Graz, se interesaron por el catalán. Pero Sergi volvió a jugársela. “Si vine a Alemania es porque puedo crecer más que en Austria”. Y en Cottbus, donde ya ha disputado cuatro partidos, Arimany le va cogiendo el pulso al fútbol alemán, aunque su equipo está a un punto del descenso. “Llegué el 28 de enero y el 31 estaba debutando”, recuerda Sergi. “El objetivo inicial era ascender pero ahora tenemos urgencias y todo va un poquito más forzado”.

Con el único inconveniente de la distancia, Sergi Arimany disfruta de la experiencia en un fútbol donde se respeta al futbolista. “En España por un partido malo te linchan. Aquí se respeta el trabajo“, reconoce al tiempo que asegura que la aventura le está “atrapando” sin descartar otro cambio ya que “ahora mismo soy como una tortuga, con la maleta a cuestas”. De momento, solo piensa en trabajar para “ganarme lo que me he ganado hasta ahora, una oportunidad más”, algo que señala con rostro seguro, del que sabe que con esfuerzo todo llega.