Yerry Mina: Ha nacido una estrella... mediática

German Bona

German Bona

'Tener flow' es una de aquellas expresiones que se utilizan a menuda y que retratan a las personas que, por su manera de ser, de vestir, de hablar... 'fluyen', es decir, destacan, por encima del resto. Es ver de cerca la imponente figura de Yerry Mina y ya se nota que desprende algo especial. Luego, está la actitud extrovertida con la que se toma la vida, con la que relaciona entre sus compañeros, y uno se da cuenta de que es un futbolista que se gana por goleada, ya no solo a sus compañeros de equipo a los técnicos, sino también, y lo que es más importante, a la afición.

Sin ir más lejos, ayer en Lleida la presencia de Yerry Mina creó un revuelo que no consiguió, por ejemplo, Ousmane Dembélé, introvertido, con cara de asustado y sin desprenderse de la pesada losa de su desorbitado precio. Yerry es diferente, Yerry llegó al Camp d'Esports ovacionado, con su gorra, con sus andares de persona importante, y se fue de la misma manera. No pasa desapercibido.

La multitud de niños que acudió al estadio leridano tenían como principal objetivo al colombiano. Cuando fue a tirar su penalti, la grada rugió como nunca antes durante el partido y durante los largos metros en el recorrido del futbolista, parsimonioso, desde el centro del campo  hasta donde estaba el balón. Tras marcar, con un chut preciso, no faltó el 'salsa choke' para celebrarlo, baile que llevó a una sonrisa a Ernesto Valverde, que le observaba desde la zona de banquillos.

Al terminar el choque, la fotografía con Yerry Mina fue la más preciada. Incluso para el hijo de todo un campeón del mundo, Joan Capdevila. El de Tàrrega no se perdió el choque y además de atender a la petición de su hijo, compartió unos minutos de forma muy amigable con Ernesto Valverde, con el que coincidió en el Villarreal.

MÁS RECATADO EN SU JUEGO

Si Yerry Mina es ya todo un fenómeno mediático fuera del césped, dentro del terreno de juego es otra cosa. El defensa colombiano sabe perfectamente en qué club está, cuál es su función en el eje de la defensa, y no se excede en su papel. En Lleida jugó a hacer las cosas fáciles, con jerarquía, pero también con una lógica contención. Todavía tiene cosas a mejorar, ser ese futbolista determinante que hizo campeón a Palmeiras hace dos años. Pero necesita de un proceso de aprendizaje y encontrar su sitio.

Mientras, ya tiene mucho ganado: el cariño de una afición que no regala nada y eso ya lo saben otros futbolistas de la plantilla. Pero Yerry tiene 'flow'. Y mucho.