El Barça se estrelló contra una muralla

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Llegó el día, pensó Valverde, y tres de los cuatro fichajes del verano vieron su nombre en la pizarra. El técnico había escondido las rotaciones para esconder el once a Eusebio, expectante ante su visita al Camp Nou. La entrada de Lenglet se intuía escrita en la frente del Txingurri, más difícil era predecir un centro del campo sin Rakitic ni Coutinho. Todo a la vez.

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LaLiga

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Alineaciones
FC BARCELONA
Ter Stegen, Semedo, Piqué, Lenglet, Jordi Alba, Busquets, Arturo Vidal (Rakitic, 58'), Arthur (Coutinho, 58'), Dembélé (Umtiti,46'), Messi y Suárez.
GIRONA
Bono, Bernardo, Alcalá, Juanpe, Aday Benítez, Aleix Garcia (Borja García, 46'), Pere Pons, Granell (Douglas, 70'), Muniesa, Portu (Doumbia, 83') y Stuani.

Cuando el balón empezó a girar, lo hizo el equipo. El Girona llegó con una línea de cinco en el centro del campo que convertía la sala de máquinas en un trastero lleno de cajas esparcidas por cualquier lado. Piernas y más piernas. Un bosque barroco ante el que el Barça respondió con paciencia, velocidad en la circulación, poco riesgo... y Messi. Los primeros veinte minutos permitieron ver a un equipo rápido, vertical y peligroso. Pese a que Dembélé jugó, quizás, su peor primera mitad de blaugrana. Un desastre. Y aunque Arturo Vidal acertara los mismos pases que falló. Eso también supieron taparlo sus compañeros. 

Messi avisó con una diagonal en la frontal del área que convirtió a la defensa del Girona en fichas de dominó. Una a una caían frente a la carrera de Leo. Bono evitó el gol tras un disparo cruzado. No erró en la segunda que tuvo. Normalmente suele fallar solo una. Arturo Vidal  se la puso rasa para que, de un golpe sutil, la pusiera lejos del meta gerundense, pegada al palo. Todo cambió cuando Gil Manzano dibujó un televisor en el aire.

el var, protagonista

Las cámaras captaron un codazo de Lenglet a Stuani y el francés se fue a la calle. Habrá polémica porque solo Clement sabe si le traicionó la cabeza o si el gesto no tuvo intencionalidad alguna. Con uno menos, el Girona se lo creyó y el Barça dio un paso atrás. Antes ya lo había intentado Portu con un disparo a puerta vacía que rechazó a córner Piqué. No falltó Stuani. El charrúa robó la cartera al central catalán y no perdonó. Empate y todos camino de los vestuarios a reflexionar. Sobre todo Dembélé, que ya no salió en la segunda mitad. 

El Barça, que no sabe jugar a otra cosa, mantuvo el plan inicial, superado el golpe por la expulsión: Le duró poco la efervescencia porque Portu se quedó solo ante Ter Stegen y aunque el alemán rechazó su disparo, Stuani no perdonó en el rebote. El Girona, por delante y con uno más. A los blaugrana se les presentaba un muro alto al que debían mirar de frente. Todo piedra. El Girona, colgado de la cima, miraba sonriente, cómodo viendo cómo su rival sudaba.

más madera para el barça

Valverde entendió el mensaje: los Arturos se fueron a la ducha y entraron Coutinho y Rakitic. Más de media hora por delante y el Camp Nou dejándose la voz. Falta a Suárez y Messi poniéndola en la cruceta, haciendo temblar la meta de Bono. Otra rosca imposible que no entró por poco. Bono tuvo que enviar a córner en la segunda y, tras varios rebotes, Piqué la cazó al vuelo para empatar. El fútbol, el blaugrana también, es un estado de ánimo en cambio constante. Un psicotrópico delicioso. 

El Girona se echó atrás, ya sin disimulo, lanzando la careta al suelo y pisándola. Como debe ser. El Barça agarró la mochila y empezó a escalar. A trompicones: con un disparo lejano de Suárez, un remate que acabó en córner de Umtiti, una carrera hacia el abismo de Messi, Coutinho soplando para que el viento ayudara. Todos poniendo de su parte, olvidándose del maldito reloj. Las matemáticas decían que el Barça jugaba con uno menos, pero las matemáticas mienten. ¡Mentirosas! 

El Barça acabó sumando un punto porque le faltó tiempo. A veces un punto deja un buen sabor de boca.